Marcadas a fuego como animales, así se mostraron las mujeres que después de abandonar Nixvm decidieron romper su silencio en el diario The New York Times. Y tras la publicación de sus testimonios en 2017, las autoridades federales iniciaron una investigación a raíz de la cual fueron conociéndose las prácticas de esta organización creada en 1998 que se autodefine como “comunidad guiada por principios humanitarios que pretende empoderar a las personas y responder preguntas importantes sobre lo que significa ser humano”. Igual que L. Ron Hubbard, padre de la cienciología, el fundador de Nxivm, Keith Raniere, lleva décadas asegurando que su organización es capaz de sanar a las personas y de transformar el planeta por medio de técnicas, o tecnologías, para renovar “tu yo emocional”.
Según The New York Times, Nixvm tenía casi 400.000 miembros entre Estados Unidos, México y Canadá y detrás de los programas de autoayuda especializados en la eliminación de barreras emocionales y psicológicas que organizaba, se escondía una hermandad secreta solo para mujeres que el FBI califica de red de esclavas sexuales. Una red que marcaba con un cauterizador, en la zona pélvica, las iniciales de su “amo” en la piel de las “reclutas” El “amo” es Keith Raniere, de 58 años de edad, un neoyorquino que a los 16 años se mudó a la cercana ciudad de Albany donde, a los 20, empezó a trabajar en Amway, empresa de marketing con una estructura piramidal en la que se inspiró para crear su propia empresa de venta de electrodomésticos y paquetes vacacionales basada en la mercadotecnia multinivel.
Después, en 1998, nació Nxivm, con una ambiciosa oferta de seminarios de desarrollo personal y profesional a través de sus “Programas de Éxito Ejecutivo”. Sin embargo, detrás de los mismos, de acuerdo con las acusaciones realizadas por la policía, se escondía un subgrupo que permitió a Raniere mantener durante décadas un enfermizo control sobre mujeres, que se convertían también en esclavas sexuales. ¿Cómo? El FBI ha acreditado que en el núcleo más profundo de Nixvm existía una hermandad secreta llamada ‘Dominus Obsequious Sororium’ (DOS) de la que únicamente podían formar parte mujeres, con excepción, por supuesto, del líder. Su modus operandi consistía en que el propio Raniere reclutaba a seis mujeres que, a la vez, debían convencer a otras seis de unirse al movimiento. Tenían prohibido desvelar su gran secreto, pero una de ellas, Sarah Edmondson, acabó por sincerarse con su marido, miembro activo de Nixvm, que tomó de inmediato la decisión de dejar el grupo.
Se avecinaba el escándalo. También, la liberación. En 2017, varias víctimas, de entre 30 y 40 años, contaron al citado periódico estadounidense que para poder formar parte de este “selecto” grupo que prometía ser una herramienta de empoderamiento para las mujeres, debían entregar fotografías suyas desnuda o contar información sensible sobre ellas o sus familias. Puede que al principio no sospecharan, pero acababan de entrar en un grupo del que no se salía ni se hablaba: el castigo por intentarlo consistía en publicar el material reservado que ellas mismas suministraron en su día. Con las iniciales del amo o de su principal colaboradora, la actriz Allison Mack, marcadas en su piel, las mujeres pasaban a pertenecer a esta secta que, además, las obligaba a seguir una dieta estricta de entre 500 y 800 calorías diarias. Posteriormente, las “esclavas” se convertían en “maestras” para, a su vez, reclutar a sus propias “esclavas”, al servicio de las que habían llegado ya a los niveles superiores de la terrorífica pirámide.
Gracias a su profesión, la actriz de la serie Smallville intentó reclutar a celebridades como Emma Watson y Kelly Clarkson. A veces con mensajes en Twitter en los que les hablaba sobre un “increíble movimiento de mujeres” en el que creía que podrían estar interesadas. Sin embargo, ahora, Mack ha reconocido su “error” y este martes se ha declarado culpable de dos cargos: crimen organizado y conspiración para crimen organizado. Le esperan, sin embargo, otros cargos relacionados con tráfico sexual, usurpación de identidad y blanqueo de dinero. Para Richard Donoghue, fiscal federal del Distrito Este de Nueva York, “Allison Mack reclutó a mujeres para que se uniesen a lo que se presentaba como un grupo femenino de orientación” y creó junto a Raniere un programa llamado The Source, que reclutaba a actrices.
En su comparecencia ante el tribunal federal de Brooklyn, Mack lo ha admitido. Durante años captó a mujeres asegurándoles que se unían a un grupo femenino de orientación, pero también ha dicho que durante los últimos meses “ha llegado a la conclusión de que debe asumir toda la responsabilidad sobre su conducta”. Mack afirmó asimismo que lo hizo en la creencia de que “la intención de Keith Raniere era ayudar a la gente”. Ahora sabe que “estaba equivocada” y ha pedido perdón a su familia y a las personas que perjudicó por culpa de su “adherencia equivocada a las enseñanzas de Reniere y sus programas de autoayuda”, en los que llegaron a participar miles de personas, incluido Carlos Emiliano Salinas, hijo del expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, que dirigía la filial de la empresa en México hasta que dimitió cuando Keith Raniere fue detenido en Puerto Vallarta. Otros clientes famosos de Raniere son la actriz Linda Evans, el empresario Richard Branson y las dos hijas de Edgar Bronfman, el multimillonario exdirigente de Seagram.
Los fiscales están convencidos de que, con independencia de la célula secreta que esclavizaba a mujeres, Nixvm se lucraba de los miles de dólares que los miembros debían pagar por cursos si querían ascender en la estructura de la organización. Aunque la investigación que finalmente acabó con Raniere surgiera a raíz de las declaraciones públicas de algunas víctimas, lo cierto es que desde hace varios años el grupo, que se oferta como organizador de programas de coaching centrados en el control de hábitos mentales y corporales, ya era objeto de críticas continúas. En 2003, Nixvm demandó, por ejemplo, al Instituto Ross por publicar extractos del contenido de su manual secreto junto a la evaluación de un psiquiatra que lo calificaba de “caro lavado de cerebro”.
Sin embargo, los defensores de los cursos de Nixvm afirman que sus talleres agudizan la concentración e incluso los definen como prácticas maestras para la administración de empresas. Frente a ellos, los críticos denuncian los acuerdos de confidencialidad que los estudiantes deben firmar para que no se difunda la poderosa influencia que Raniere ejerce sobre ellos ni su férreo control sobre el funcionamiento de la organización. Según asegura el grupo en su web, por el momento siguen suspendidas las inscripciones y todo tipo de eventos a causa de lo que llama “circunstancias extraordinarias a las que se enfrenta la empresa”.