Tras ofrecer los puertos de Algeciras primero y Palma y Mahón después, el Gobierno de Sánchez ha advertido este domingo que tomará medidas contra Italia ante la UE. No dudará en actuar, han dicho, ante la negativa de las autoridades italianas de permitir el desembarco del Open Arms en sus costas. Los 107 mirgantes a bordo fueron rescatados hace ya 17 días. Y la ONG recuerda que la situación es “insostenible”.
“El Gobierno español considerará la posibilidad de actuar ante la Unión Europea o ante las instituciones garantes de los derechos humanos y del derecho marítimo internacional, contra la actitud mantenida por el Gobierno italiano con respecto al desembarco de los emigrantes a bordo del Open Arms”, han advertido en un comunicado el Ejecutivo de Sánchez.
En concreto, España denuncia la “reiterada negativa” de Salvini a autorizar el desembarco. Pese a la “situación crítica” que se vive en la nave. Algo que puede “conducir a que no pueda mantener su autoridad a bordo”, ha dicho el capitán del barco.
Después de mantener contactos con las autoridades italianas y no obtener garantías, el Gobierno “hace una llamada pública” al Ejecutivo italiano para que autoricen el desembarco. “Si en el plazo requerido por la gravedad (…) no se ordena el desembarco, el gobierno español tomará las medidas oportunas para poner fin a esta situación”, dicen.
Puerto seguro
Y esa solución pasa por poder desembarcar en un “puerto seguro”. Desde ahí, se procedería al reparto acordado hace un tiempo entre los países de la UE.
“España asumirá la parte que le corresponde según ese acuerdo”, han dicho. A pesar, incluso, de que en este momento “se está recibiendo un flujo de emigrantes por el Mediterráneo Occidental mayor que Italia”.
De momento, el Open Arms ha rechazado los puertos españoles. El barco espera a que Salvini de marcha atrás y les deje atracar en Lampedusa. La nave, con los 107 migrantes a bordo, está a un kilómetro de la costa italiana. Tanto es así que, con desesperación, algunos se tiraban al agua para intentar llegar a tierra a nado.
El caos y la violencia son los principales problemas del barco. Una situación que su capitán asegura no podrá mantenerse mucho tiempo más.