Moncloa confirma sus peores presagios tras recibir un informe de los Mossos en el que se advertía que el partido que iba a enfrentar al Barcelona y al Real Madrid el 26 de octubre era objetivo de los CDR. Planeaban un partido violento, tanto dentro como fuera del estadio. Por eso, competición ha terminado por suspender el encuentro y aplazarlo.
Al parecer, los CDR estaban movilizándose ya para servirse del clásico para promocionar sus ideas de forma internacional. Con una audiencia potencial de 650 millones de espectadores, el encuentro iba a convertirse, sin duda, en un gran altavoz mediático.
Tras ver los altercados de los últimos días, la Federación de Fútbol se empleaba a fondo para encontrar una solución. La suspensión del partido parece ya un hecho. Y cobra fuerza la posibilidad de que se celebre el 18 de diciembre, pese a que coincidiría con una ronda de Copa del Rey. Eso sí, en una jornada que ni Barcelona ni Real Madrid tienen que disputar.
Pese a que parece contrastada la imposibilidad de garantizar la seguridad del partido, el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat cuestionan el aplazamiento. Aseguran que los Mossos velarán porque el partido se celebre sin problemas en el Camp Nou.
Sin embargo, los informes que maneja Interior aseguran lo contrario. El departamento que dirige Marlaska tiene constancia de que los CDR tenían el clásico como objetivo. De hecho, en el interior del estadio se estaría preparando un auténtico aquelarre independentista.
Falta de antidisturbios
En la actualidad, el 60% de los antidisturbios que hay en España están en Cataluña. Desde Interior se considera que no son suficientes para garantizar la seguridad del partido, considerado siempre de alto riesgo.
Los antidisturbios no podrían concentrarse todos en los aledaños del Camp Nou. Sobre todo, teniendo en cuenta que hay organizados actos soberanistas para ese mismo día. Este es el hecho diferencial respecto a otros clásicos que se han celebrado, incluso, bajo alerta antiterrorista.