Desde que comenzara la epidemia del coronavirus, se dio también inicio a la carrera científica por lograr una vacuna o un tratamiento eficaz contra la enfermedad. Y este jueves sufrió un impulso espectacular al confirmar EEUU que tiene ya la primera vacuna probada con éxito en ratones.
Entre los más de 56 proyectos de investigación que hay abiertos en todo el mundo, -en los que participan casi 300 instituciones-, ha sido el equipo de la Universidad de Pittsburgh la que ha anunciado los primeros resultados esperanzadores.
Se trata de la primera vacuna probada con éxito en ratones. Y, como valor añadido, la primera que es revisada por pares, el método de contrastación estipulado por la comunidad científica para validar cualquier avance.
El tratamiento se suministraría a través de un parche del tamaño de una yema de dedo. Es capaz de producir suficientes anticuerpos para combatir la infección. O al menos es lo que demuestra en ratones. Un método parecido al de la administración de la vacuna de la viruela.
El parche se ajusta durante un tiempo a la piel y las agujas, compuestas entre otras cosas de azúcar, se terminan disolviendo de manera natural.
Resultados prometedores
Los resultados sin muy prometedores aseguran. Se ha conseguido generar inmunidad en las dos semanas posteriores a la inyección del producto. Lo que significa un periodo relativamente corto entre que se recibe la vacuna y se confirma la inmunidad.
De momento, lo que se desconoce en cuánto durará esa inmunidad. Estudios previos con virus similares, como el MERS, lo establecen en más o menos un año.
El proceso de fabricación de la vacuna también es prometedor. Se trata de un método escalable, que multiplica la capacidad de producción del medicamento. Algo que ayudaría en la situación actual, donde se necesitan métodos rápidos de fabricación. Y que puedan adaptarse a los cambios de demanda.
Otro punto a favor es la seguridad. Aunque no se ha ensayado en humanos, al tratarse de una tecnología basada en conocimientos ya testados, las posibilidades de que sea eficaz en humanos son muchas.
Además, el sistema de microagujas se ha demostrado eficaz incluso después de esterilizarse con potentes rayos gamma. Eso supone una mayor seguridad en humanos.
En condiciones normales, los ensayos con humanos necesitarían al menos un año de trabajo. Sin embargo, la situación de la pandemia puede acortar el tiempo de las fases. El objetivo sería tener la vacuna cuanto antes. Sin embargo, desde la Universidad de Pittsburhg no se han atrevido a pronosticar cuándo podrían tenerla lista.