Medio centenar de personas de ‘Rebelión Científica‘ se han concentrado frente a la escalinata del Congreso y han manchado con tinta roja biodegradable la fachada de los Leones en respuesta a la pasividad del Gobierno ante la crisis climática y en contra de una ley que consideran insuficiente, sin que la policía realizase ninguna detención. El portavoz del movimiento, Mauricio Misquero, ha definido esta protesta como la materialización del descontento de la comunidad científica
El movimiento Rebelión Científica se ha movilizado ante el Congreso y ha realizado una acción de desobediencia civil no violenta coincidiendo con la publicación de la última parte del informe del IPCC, el principal análisis científico sobre cambio climático. Decenas de manifestantes, en su mayoría científicos, se han sentado frente a la fachada principal del Congreso gritando consignas como «No hay planeta B» o «Sin planeta no hay futuro», mientras que otros concentrados portaban una pancarta que decía: «Alerta Roja. Escuchad a la Ciencia».
«No hay planeta B» y «Sin planeta no hay futuro» fueron algunas de las consignas de los protestantes
El portavoz del movimiento, Mauricio Misquero, ha definido esta protesta como la materialización del descontento de la comunidad científica frente a unos gobiernos que «están confiando la transición ecológica a megaempresas, como Repsol o Iberdrola, que únicamente van a lucrarse y a hacerse un lavado de cara verde, sin solucionar ningún problema».
La acción de Rebelión Científica se incardina en una campaña de protestas por parte de una comunidad científica hastiada ante «una emergencia climática a la que no se le concede la importancia debida» y que, según Misquero, cuenta con más de mil simpatizantes en varios países del mundo. En los próximos días, se sucederán acciones similares a la realizada hoy frente al Congreso y al Ministerio, orientadas, apuntan desde el movimiento, «a concienciar a la sociedad de la extrema importancia del cambio climático» y para «demandar una cogobernanza entre la ciudadanía y la comunidad científica».
Desde Rebelión Científica mantienen que aún hay tiempo para reducir las emisiones conforme a lo propuesto en el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), pero que, para ello, sería necesario llegar a «acuerdos vitales entre todos los países que, por el momento, parecen muy remotos».