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Día de la Resistencia Romaní: el camino por recorrer contra el estigma del pueblo gitano

La población gitana en España recibe un rechazo que todavía se traduce en desigualdad, pobreza y estereotipos

El pueblo gitano (Fotografía: FAGIC)

Cada 16 de mayo se celebra el día en el que alrededor de 6.000 gitanos y gitanas, entre los que se encontraban también niños y niñas, se enfrentaron a los nazis para evitar ser asesinados en las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau, allá en 1944. Cada 16 de mayo el pueblo gitano conmemora un día que simboliza la resistencia de un pueblo que sigue sufriendo discriminación de una parte de la sociedad en España.

Este día se conoce como el Día de la Resistencia Romaní porque forzó a los nazis en Alemania a retrasar la intención de gasearles durante tres meses. Todo un símbolo de valentía en la comunidad gitana, que solo en España cuenta con seis siglos de historia y aglutina diversas realidades históricas y culturales.

Situación de la comunidad gitana en España

Actualmente viven en España entre 800.000 y 1.500.000 de gitanos y gitanas, según la Fundación FOESSA. Personas que todavía buscan hacerse hueco en una sociedad que les rechaza. Y es que el Instituto Nacional de Estadística no divide entre gitanos y no gitanos porque sería algo indiscutiblemente racista, sino porque “en España no hay un millón de gitanos, hay un millón de españoles que somos gitanos. Es un matiz importante”.

Estas palabras fueron pronunciadas por Joaquín Bustamante, director de la publicación “Cuadernos gitanos”, en una entrevista para el diario El País. El también periodista, gestor y presentador del programa de radio “Gitanos, arte y cultura romaní” apostilló en el periódico digital Más Jerez hace dos años que la cultura gitana es mucho más que el flamenco y es “fundamental para entender la cultura de nuestro país”.

Quizás, y solo quizás, una parte de la sociedad española debería “gitanizarse”, para desvestirse de prejuicios y estereotipos que copan el imaginario colectivo sobre la comunidad gitana, como sugiere Pablo M.M. en Kamchatka. Recomendable el artículo que lleva su firma, donde da luz a testimonios reales que reflejan la realidad laboral y social que sufre esta comunidad.

Discriminación de “buen rollito”

No es una cuestión que se resuelva con “más ayudas o más servicios sociales”, apunta el catedrático en Derecho Constitucional, Fernando Rey, en una columna en el diario El País. El problema es el “prejuicio racista” que para el profesor es la raíz del problema.

“Es culpa de ellos porque no se integran”, esa discriminación de “buen rollito” que apunta el catedrático en su columna encierra una realidad en la que muchos se reconocen (y me reconozco) en algún momento de la vida.

Una vida por un cubo de habas

Recientemente un padre de familia fue asesinado por robar un cubo de habas en un campo de Huelva. Tenía cuatro hijos y era gitano. A nadie le debe de sorprender que un año después, la persona que acabó con su vida ya no está en la cárcel tras pagar una multa. O sí. Puede parecer demagogia, como apuntó en su momento el abogado y periodista, Juan de Dios Heredia, pero es la “pura realidad que araña en el alma”, ya que muchos casos como este se pierden en el camino y no suelen desembocar en cambios reales. La desigualdad sigue ahí fuera y una parte de la sociedad sigue mirando a otro lado.

Casos como el suyo son la punta de lanza de un movimiento que clama contra el ‘antigitanismo’. La Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas (FAKALI) es un claro ejemplo de ello, con su Buzón Antigitanismo, donde se derivan casos de discriminación y si es posible denunciar, ayudan gratuitamente en el proceso.

El caso de Eleazar García

Hace algo más de un año, resonó el caso de Eleazar García, un joven romaní de 30 años con un 75% de discapacidad que tras un altercado con vigilantes de seguridad, sufrió un infarto en Gijón. Al parecer, el gijonés fue retenido por el personal de seguridad por no disponer de la entrada para el evento, ya que la tenía un familiar que se encontraba dentro del estadio.

Esta retención produjo un forcejeo violento entre Eleazar y los agentes de seguridad, que en total eran diez personas incluyendo a la policía local, posteriormente investigadas en un caso judicial que hace poco ha sido sobreseído tras considerar que no había homicidio imprudente.

Sin embargo, su caso ya ha sido asemejado al de George Floyd, ya que fue igualmente agredido provocándole dificultades respiratorias que luego desembocaron en su muerte por estrés y ansiedad, según la acusación popular. Hay una buena cantidad de columnistas que piden justicia porque es un nuevo ejemplo de racismo. Mientras tanto, los días 8 de cada mes, personas pertenecientes a todo tipo de colectivos se manifiestan para visibilizar su caso.

La cultura gitana más allá del flamenco

“La cultura gitana es muy rica y la influencia de los gitanos y lo gitano pasa por la literatura, la lingüística, el toreo, las artes plásticas, el cine, la gastronomía” afirmó Bustamante en la entrevista para el periódico digital Más Jerez, que sirve para entender que algunos prejuicios sobre esta comunidad se deben a estereotipos socialmente aceptados.

Quizás el lector o lectora haya escuchado hablar de las palabras “chungo”, “fetén” o “chaval”. Son algunos de las influencias en el español del idioma del pueblo gitano, el caló, calé, zincaló o romaní ibérico, como también se denomina. Una lengua variante del romaní que territorialmente no tiene una distribución fija pero su uso es transversal en España, Portugal y Francia.

Las investigaciones lingüísticas y genéticas apuntan a que los gitanos proceden del noroeste de la India, recogiendo lenguaje del sánscrito y el hindi. No obstante, también se empapa del canto, la danza, la música y la estética indias.

Futuro de la comunidad gitana

El futuro de la cultura gitana pasa irremediablemente por toda la sociedad española. Los prejuicios y el racismo todavía latentes en nuestro país serán cosa del pasado cuando la sociedad camine cada vez más unida y deje de mirar a sus iguales como enemigos. Por esta razón, marcas como Mil Duquelas, pionera en distribuir y comercializar ropa sobre el pueblo gitano, realizan una labor de divulgación que a día de hoy sigue siendo necesaria.

Sin ir más lejos, su fundadora, Estefanía Ruiz, señala que todavía queda un camino por recorrer y buena muestra de ello es su perfil de Instagram, que es bastante activo en cuanto a la lucha contra el antigitanismo se refiere. No obstante, el feminismo, ecologismo y veganismo también tienen hueco.

Luchas que vuelven a demostrar el papel fundamental que tiene la unión de la sociedad a la hora de vivir en paz, con respeto entre quienes siempre fuimos, somos y seremos iguales.

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