Ignacio Aguado, exvicepresidente de la Comunidad de Madrid, consiguió situar a Ciudadanos como tercera fuerza política de la Comunidad de Madrid en 2019. Hoy, le reemplaza como candidato a la Asamblea de Madrid Edmundo Bal, abogado de profesión. “Madrileños por Edmundo” o “Yes we Bal” son algunos de los lemas de su campaña. El horizonte electoral pinta negro, según las encuestas, pero el “cesado” ya ha asegurado que va a luchar hasta el final para que Ciudadanos consiga un buen resultado el 4-M. Como buen amante de las carreras de fondo, él sabe mejor que nadie que en las campañas triunfa el más resistente.
Edmundo Bal Francés nació en Huelva y cumple 54 años en julio. No sabemos si su cumpleaños lo celebrará en la Asamblea de Madrid o en el Congreso de los Diputados -no ha renunciado a su acta de diputado-. El ahora político es de orígenes andaluces, pero de formación madrileña. Estudió Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y a los 26 años ya era abogado del Estado. Tiene dos hijos. El varón se declara abstencionista y exvotante de Podemos, pero, según el candidato, se está repensando votar a su padre a raíz de toda la repercusión que han tenido sus declaraciones en las redes sociales y en los medios de comunicación.
La pesadilla de futbolistas y políticos
En los últimos años, Bal ha ido ganando protagonismo. En 2017, al ser el responsable penal de la Abogacía del Estado, desempeñó un papel importante en la denuncia de Hacienda a futbolistas tan ilustres como Cristiano Ronaldo y Lionel Messi por delito fiscal. También participó en los juicios por las tramas de corrupción de Jordi Pujol y Gürtel, pero su litigio más sonado en el ámbito jurídico tuvo que ver con el “procés” independentista catalán.
En 2018, el servicio jurídico del Estado, con el plácet de Dolores Delgado -actual fiscal general del Estado y ministra de Justicia por aquel entonces- cesó a Edmundo Bal de su puesto en la abogacía del Estado por negarse a firmar un documento que certificaba que no hubo violencia por parte de los políticos independentistas en el marco del 1 de octubre de 2017. Finalmente, la sentencia a los consejeros catalanes por parte del Tribunal Supremo se decantó por la sedición y no por la rebelión, que era la condena que Edmundo defendió hasta su despido.
Salto a la política
En 2019, un Albert Rivera atónito con su cese de la abogacía del Estado le fichó para el proyecto “liberal” de la formación naranja. Tras las elecciones del 28 de abril de aquel año, el abogado consiguió un asiento en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, tras la repetición electoral de noviembre y la debacle de Ciudadanos, se quedó fuera de la Cámara Baja. No obstante, la renuncia de su principal valedor el día siguiente de las elecciones le ha permitido ser la mano derecha de la nueva líder del partido, Inés Arrimadas, en el último año y medio.
Hace poco más de un mes, se presentó a las primarias de Ciudadanos para ser el candidato para las elecciones autonómicas de Madrid. Un Ignacio Aguado muy desgastado le pidió que se presentase y que dejase en “stand by” su función en el parlamento nacional. Bal ganó las primarias y, por primera vez, va a ser la cabeza de lista para unas elecciones. Y no unas cualquiera. Probablemente son los comicios más importantes en la historia de la formación naranja. 5% o morir.
Los malabarismos del centro político
A pesar de los malos augurios de las encuestas, el nuevo líder de Ciudadanos en Madrid está llevando a cabo una campaña moderada y alejada de los polos y la confrontación. Esta semana, ha enviado a una carta al resto de candidatos para que se comprometan a condenar todos los actos violentos. Consciente de la imposibilidad de ganar el 4 de mayo, Edmundo y su equipo están tratando de reflejar a Ciudadanos como un partido centrado, moderado y con experiencia de Gobierno.
La tarea es complicada. La formación lleva dos años de capa caída y, a excepción de algunas encuestas -como la publicada por El Español el pasado jueves 29 de abril-, el partido que estuvo gobernando junto al PP en Madrid estos dos últimos años no tendrá representación en la Asamblea. Sin embargo, el exabogado del Estado no se rinde. Ha tratado de retratar a Vox en los debates con temas como el europeísmo, la experiencia de Gobierno y la defensa de los colectivos LGTBI. “La clave de estas elecciones es si los madrileños me prefieren a mí o a Monasterio”, ha repetido a lo largo de la campaña con el objetivo de frenar la sangría de votantes hacia Vox.
¿Cómo le valoran los madrileños?
Su éxito profesional, de momento, no se refleja en las valoraciones que le otorgan los ciudadanos. Según el CIS, los madrileños puntúan a Bal con 4,3 puntos sobre 10. Suspende. Gabilondo, candidato del PSOE, también le reprueba porque “ya ha elegido apoyar a Ayuso antes que a un Gobierno centrado progresista”, afirma. El piloto de la Harley Davidson y del inestable barco madrileño de Ciudadanos ha manifestado que querría reeditar el Gobierno de coalición en la Comunidad de Madrid con el PP. Aunque, no deja de recordarle a Díaz Ayuso que “muchas de las medallas que se está colgando son, realmente, gestión de Ciudadanos”. Descarta gobernar con el PSOE porque “van a pactar con Podemos“, lamenta.
