Durante la última sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, el debate sobre los impuestos centró el enfrentamiento entre las fuerzas políticas. El Partido Popular (PP), Vox y Junts coincidieron en sus críticas hacia la política fiscal del Ejecutivo, señalando a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como principal objetivo de sus demandas para reducir la carga impositiva.
El portavoz de Vox, José María Figaredo, reafirmó su postura al considerar los impuestos como un “robo”, un mensaje que resonó en un debate en el que el PP utilizó la expresión “infierno fiscal” y Junts habló de “expolio fiscal” hacia Cataluña. Míriam Nogueras, portavoz de Junts, acusó al Gobierno de penalizar a los catalanes con un mayor número de inspecciones fiscales, argumentando que esto afecta a quienes “practican la cultura del esfuerzo”.
En el cruce dialéctico, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó al Gobierno de “saquear a los trabajadores españoles” y calificó el pago del IRPF por el salario mínimo como una medida que convierte a los “mileuristas en los nuevos ricos de la época sanchista”. En respuesta, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió la política fiscal actual de Montero, comparando el aumento del salario mínimo y las pensiones con las cifras de gobiernos anteriores del PP.
La sesión evidenció la estrategia conjunta de las derechas para cuestionar la política fiscal del Gobierno, unificadas en un discurso crítico hacia los impuestos. A pesar de las diferencias ideológicas, el PP, Vox y Junts encontraron un terreno común en su oposición a la actual presión fiscal.
Respuesta de Montero a las críticas
María Jesús Montero defendió la tributación del salario mínimo, argumentando que su objetivo no es aumentar la recaudación, sino evitar una pérdida de 2.000 millones de euros en ingresos estatales. Además, desmintió las acusaciones de haber incrementado los impuestos a las “clases medias y trabajadoras”.
La ofensiva política también tuvo un componente estratégico, ya que la figura de Montero no solo se destacó por su papel como ministra de Hacienda, sino también como futura lideresa del PSOE andaluz. Elías Bendodo, diputado del PP, utilizó este contexto para lanzar críticas e insinuaciones sobre posibles conflictos internos en el seno del PSOE.
A lo largo del debate, el Gobierno se mantuvo combativo ante los intentos de la oposición de explotar sus diferencias internas. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, respondió a las críticas defendiendo el balance de su política laboral y reafirmando su compromiso con la mejora de las condiciones de vida de la ciudadanía.Durante la última sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, el debate sobre los impuestos centró el enfrentamiento entre las fuerzas políticas. El Partido Popular (PP), Vox y Junts coincidieron en sus críticas hacia la política fiscal del Ejecutivo, señalando a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como principal objetivo de sus demandas para reducir la carga impositiva.
El portavoz de Vox, José María Figaredo, reafirmó su postura al considerar los impuestos como un “robo”, un mensaje que resonó en un debate en el que el PP utilizó la expresión “infierno fiscal” y Junts habló de “expolio fiscal” hacia Cataluña. Míriam Nogueras, portavoz de Junts, acusó al Gobierno de penalizar a los catalanes con un mayor número de inspecciones fiscales, argumentando que esto afecta a quienes “practican la cultura del esfuerzo”.
En el cruce dialéctico, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó al Gobierno de “saquear a los trabajadores españoles” y calificó el pago del IRPF por el salario mínimo como una medida que convierte a los “mileuristas en los nuevos ricos de la época sanchista”. En respuesta, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió la política fiscal actual de Montero, comparando el aumento del salario mínimo y las pensiones con las cifras de gobiernos anteriores del PP.
La sesión evidenció la estrategia conjunta de las derechas para cuestionar la política fiscal del Gobierno, unificadas en un discurso crítico hacia los impuestos. A pesar de las diferencias ideológicas, el PP, Vox y Junts encontraron un terreno común en su oposición a la actual presión fiscal.
Respuesta de Montero a las críticas
María Jesús Montero defendió la tributación del salario mínimo, argumentando que su objetivo no es aumentar la recaudación, sino evitar una pérdida de 2.000 millones de euros en ingresos estatales. Además, desmintió las acusaciones de haber incrementado los impuestos a las “clases medias y trabajadoras”.
La ofensiva política también tuvo un componente estratégico, ya que la figura de Montero no solo se destacó por su papel como ministra de Hacienda, sino también como futura lideresa del PSOE andaluz. Elías Bendodo, diputado del PP, utilizó este contexto para lanzar críticas e insinuaciones sobre posibles conflictos internos en el seno del PSOE.
A lo largo del debate, el Gobierno se mantuvo combativo ante los intentos de la oposición de explotar sus diferencias internas. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, respondió a las críticas defendiendo el balance de su política laboral y reafirmando su compromiso con la mejora de las condiciones de vida de la ciudadanía.