El resultado de las elecciones catalanas ha generado un escenario político que influirá en la toma de decisiones en Cataluña donde el PSOE ha emergido, mientras se desarrolla la campaña para las elecciones europeas. A pesar de la complejidad que esto implica, el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) muestra confianza en su capacidad para liderar el gobierno de la región.
Salvador Illa, líder del PSC y candidato a la Presidencia de la Generalitat, ha expresado su disposición a trabajar por una mesa equilibrada que incluya a todas las fuerzas políticas y permita avanzar hacia una etapa de mayor estabilidad. El objetivo es alcanzar un pacto que le permita gobernar en solitario y evitar una repetición electoral, una opción que nadie considera conveniente, especialmente para ERC, que se encuentra debilitada tras los comicios.
A pesar de las señales iniciales de ERC y Junts, que indican su reticencia a abstenerse para facilitar la investidura de Illa, el PSC confía en que con el tiempo se perciba como la opción más sensata, dada la claridad del resultado electoral. Sin embargo, la gobernabilidad en la región se presenta como un desafío, con diversos partidos políticos pendientes de los resultados de la campaña europea y la constitución de la mesa del Parlament.
Sánchez refuerza su posición
A nivel nacional, el PSOE considera que el éxito del PSC en Cataluña refuerza su posición y la del presidente Pedro Sánchez. Se espera que estos resultados fortalezcan la mayoría con la que gobierna Sánchez, aunque mantienen la precaución ante posibles derivas internas en ERC que podrían afectar los acuerdos de legislatura.
Por su parte, el PSC, que celebra su victoria en las elecciones catalanas, se plantea como objetivo evitar la repetición electoral e investir a Illa como presidente de la Generalitat. Consideran que el electorado catalán desea un cambio y que el independentismo ha perdido la mayoría absoluta, abriendo la puerta a nuevas posibilidades de gobierno.
En medio de este escenario complejo, el PSC ha dejado claro su rechazo a cualquier posibilidad de pacto con partidos que promuevan el discurso del odio, como Vox o Aliança Catalana. Aunque reconocen que no pueden controlar las decisiones de otros partidos en el Parlament, enfatizan su compromiso con la convivencia y la estabilidad política en Cataluña.