El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha iniciado en el Congreso un debate sobre la regeneración democrática en España tras prometerlo hace tres meses. Durante su intervención, Sánchez esbozó un plan que se ajusta a una directiva europea obligatoria sobre la transparencia de los medios de comunicación y la lucha contra la desinformación. Prometió también 100 millones de euros en ayudas al sector de la prensa, pero exigió mayor transparencia en el gasto de publicidad institucional.
El plan, aunque bien recibido en principio por los socios de investidura, no detalló suficientemente las medidas, lo que generó críticas. Sánchez subrayó que las propuestas para combatir los bulos y la desinformación fueron apoyadas tanto por socialistas como por populares en la UE. Sin embargo, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, rechazó frontalmente las propuestas, pidiendo la dimisión de Sánchez debido a la imputación de su esposa, Begoña Gómez, en un caso que la Guardia Civil no ha considerado delictivo.
El debate fue tenso, con el PP y Vox acusando a Sánchez de intentar censurar la prensa. En respuesta, el presidente destacó la necesidad de inmigración en España y criticó las posturas xenófobas de Vox y el endurecimiento del discurso del PP sobre este tema. Sánchez también instó a Feijóo a demostrar su ruptura con Vox derogando medidas polémicas acordadas con la ultraderecha.
Sánchez presentó el plan de regeneración como una defensa del periodismo y el derecho a la información veraz, diferenciándolo de la mentira. Insistió en que la normativa europea obliga a los medios a revelar sus propietarios y el origen de sus ingresos, y a los gobiernos a transparentar su gasto en publicidad institucional. Resumió las exigencias del reglamento europeo, que incluyen la publicación de la propiedad extranjera de los medios y la transparencia en la medición de audiencias.
Cruce de acusaciones
El debate se convirtió en un cruce de acusaciones, con Feijóo y Abascal (Vox) atacando a Sánchez por anunciar el plan debido a la imputación de su esposa. Sánchez, por su parte, argumentó que la democracia está en peligro por la desinformación y defendió su plan como necesario para protegerla.
Finalmente, Sánchez anunció una ronda de negociaciones con todos los grupos para desarrollar su plan y otros temas relacionados con la transparencia del Gobierno y la libertad de expresión. Subrayó que las medidas propuestas son una respuesta a una preocupación global sobre la democracia y la desinformación, reflejada en iniciativas similares en otros países europeos.
El debate, aunque centrado inicialmente en la regeneración democrática, evidenció la profunda polarización política, con la oposición manteniendo su postura crítica y el presidente buscando consolidar el apoyo de sus socios mientras atacaba al PP.