El Gobierno de Donald Trump ha aprobado un plan para comenzar la exploración y explotación de petróleo y gas en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, en Alaska. Los grupos defensores de la protección del medioambiente describen esta medida como un ataque a la población indígena de la zona, y a toda la fauna y flora de la región.
David Bernhardt, secretario de Interior, ha revelado en una entrevista con The Wall Street Journal que la Administración de Trump está ajustando los detalles para subastar contratos de extracción de hidrocarburos en esta reserva natural. Conocido como el ‘Serengueti de los Estados Unidos’, esta es una región de 7,7 millones de hectáreas protegida durante los últimos 50 años, y donde habitan importantes colonias de osos polares, renos y caribúes.
En 2016, a unas semanas de terminar su mandato, el entonces presidente Barack Obama prohibió la exploración de yacimientos petroleros en el océano Ártico, ante los intereses de Trump de emprender actividades energéticas en la zona. Un año después, el Congreso estadounidense autorizó las actividades petroleras en el refugio, a petición del propio Donald Trump. Ahora, si la Casa Blanca firma un compromiso con alguna compañía petrolera, será difícil evitar la explotación, incluso si Joe Biden se convierte en el nuevo presidente de Estados Unidos.
El plan medioambiental reconoce que existe “un riesgo potencial alto” de muertes de osos polares
En 2017 varios grupos ambientalistas ya estaban luchando en los tribunales por impedir la llegada de las compañías petroleras al Ártico, advirtiendo de los riesgos que supone para el medio ambiente. El plan propuesto por el Gobierno de Trump pretende extraer petróleo de la costa más al norte del territorio. En él se estima una intervención de un 0,01% en la reserva con la construcción de las instalaciones petroleras, aunque el proyecto aún no contempla que se realicen conducciones.
Según un estudio reciente de la publicación Nature Climate Change, el plan medioambiental reconoce que existe “un riesgo potencial alto” de muertes de osos polares. Esta especie animal podría desaparecer en unos 80 años. Adam Kolton, director de la organización Alaska Wilderness League, ha emitido un comunicado en el que advierte que “cualquier empresa petrolera que busque perforar en el Refugio Ártico se enfrentará a enormes riesgos de reputación, legales y financieros”.