Tras el respaldo del Parlamento catalán, Carles Puigdemont ha decidido por fin hacerse a un lado. Dos meses después de las elecciones, parece que acepta por primera vez que no será él quien ocupe la presidencia de la Generalitat. En un discurso con estética institucional, con las banderas catalana y europea detrás de él y el lazo amarillo en la solapa, Puigdemont definía su decisión como un paso “provisional”.
La imposibilidad legal de acceder al cargo de presidente, -pues sería detenido incluso antes de entrar al Parlamento-, y la decisión de ERC de dejarle caer, le han obligado a abandonar sus planes. El anuncio, sin embargo, no desbloquea nada la formación del Gobierno catalán. Y es que Puigdemont ha señalado a su sucesor: Jordi Sánchez. Otro candidato que, a día de hoy, es imposible que acceda al cargo.
En su discurso, Puigdemont ha apuntado al presidente de la ANC como el candidato de Junts per Catalunya a la investidura de la presidencia autonómica. El encarcelamiento de Sánchez y la más que probable negativa del juez a permitirle salir para el debate de investidura hacen de él otro candidato imposible. Todo hace indicar que será Jordi Turull, en libertad provisional, la siguiente alternativa.
“No claudicaré, no renunciaré, no me retiraré ante la actuación ilegítima de los que han perdido en las urnas”, decía Puigdemont en su mensaje. Un discurso en el que también lazó acusaciones al Estado por haber ejecutado lo que llamó “golpe de Estado” por la aplicación del 155. De hecho, basó su decisión en la idea de que las instituciones catalanas vuelvan a estar en manos del independentismo y no “del autoritarismo del 155”.
Su mensaje terminó anunciando que presentará una demanda contra España en la ONU “por violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
El discurso completo de Puigdemont