Uno de los lugares más peligrosos para contraer el Covid-19 es el transporte público por ser lugares cerrados y muy concurridos, en los que los usuarios comparten espacio cercano con desconocidos. Pero hay algunos trucos para minimizar este riesgo, además de las actitudes más obvias, como el uso de mascarilla o mantener en la medida de lo posible el distanciamiento físico y evitar las horas más congestionadas.
Según informa la BBC, la ventilación es clave. Nick Tyler, investigador de transporte de la Universidad de Londres, explica que “fuera, en el aire, las microgotas se disipan en el aire y el viento. Una vez que están dentro, éstas tienen menos movimiento”. El problema principal es que en el metro no hay ventanas y de hecho, un estudio de 2018 reveló que la gente que usaba el subterráneo en Londres regularmente tenía más probabilidades de sufrir síntomas de gripe que los que no lo hacían.
En estas circunstancias es aconsejable intentar estar lo más solo posible en un vagón
En el metro, la ventilación empuja el aire de forma horizontal y sus filtros tienen menor rendimiento que el de los aviones, por ejemplo.También hay que tener en cuenta que cuanto más se habla y más alto se habla, existe mayor peligro de contagio.
Aunque en ocasiones se desaconseja sobre todo por motivos de seguridad, en estas circunstancias es aconsejable intentar estar lo más solo posible en un vagón, porque la proximidad puede ser peligrosa. Un estudio en China descubrió que sentarse en la misma fila, especialmente en una adyacente, tenía mayor riesgo que cualquier otro escenario.
Dónde colocarse
Los viajes más largos en metro, autobús o tranvía también incrementaban el riesgo, aunque el estudio reveló que sentarse en el mismo asiento de una persona con coronavirus no aumenta significativamente el riesgo de contraerlo. Sobre dónde colocarse, ponerse cerca de las puertas tiene la ventaja de que es uno de los sitios más ventilados, pero también suelen estar más congestionados.
No obstante, según informa 20 Minutos, hay estudios que apuntan a que un transporte público bien ventilado tiene menos riesgo que un bar concurrido y poco ventilado.
