La guerra comercial entre EEUU y China está empezando a cobrarse sus primeras víctimas. Trump ha aumentado la presión a Pekín con miras a las elecciones legislativas de noviembre. Y sectores como el del motor, la alimentación o los juguetes muestran ya las primeras consecuencias del enfrentamiento.
Y es que China no se ha quedado de brazos cruzados. Ante las amenazas de Trump, el país asiático ha anunciado que impondrá nuevas tarifas a 5.200 productos estadounidenses si EEUU mantiene sus planes.
En el cruce entre unos y otros, ya hay varios sectores víctimas de esta guerra comercial.
Quizá el sector más afectado es el de motor. Las tres marcas principales estadounidenses alertan ya de cómo está afectando a la producción las políticas de comercio.
Ford y General Motors redujeron sus previsiones de ganancias para 2018. Y señalaron directamente a la subida del precio del acero y el aluminio. Y Fiat Chrysler también ha bajado sus pronósticos tras la caída de ventas en China de sus modelos.
Aunque en mayo China anunció que bajaría de un 25% a un 15% las tarifas de importación de vehículos, ahora lo ha subido al 40%. Solo a los coches estadounidenses y como respuesta a que EEUU aplicó impuestos a mercancías chinas por valor de 34.000 millones de dólares.
Las consecuencias no llegan solo a las empresas sino al propio EEUU. Y es que Harley-Davidson ha anunciado que piensa trasladar algunas de sus plantas de producción fuera del país americano. Con ello evitaría el peso de las tarifas de importancias impuestas no sólo por China sino por la UE.
Alimentación
Así como el sector del motor, el de la alimentación también ha rebajado perspectivas de beneficios. Empresas como Tyson Foods, la segunda procesadora de carnes del mundo, ha visto descender sus pronósticos de ganancias. Y otras como Coca Cola o Brown-Forman (propietaria de Jack Daniel’s) han anunciado que subirán el precio de sus productos. La primera, para compensar el alto precio del transporte de carga y metal.
Otros sectores
Otras víctimas de esta guerra comercial entre EEUU y China es el sector de los juguetes. La empresa Hasbro está sacando parte de su producción de China.
Otros, como el conglomerado Honeywell quieren comprar a proveedores de otros países que no sean China. Y la compañía de productos para el hogar RH espera recortar también su abastecimiento del país asiático.