Rusia ha comenzado las maniobras militares Vostok-2018 (Oriente-2018), las mayores que realiza el país desde la Guerra Fría y que transcurrirán del 11 al 17 de septiembre. En ellas participan cerca de 300.000 soldados rusos, más de mil aviones, helicópteros, aparatos volantes no tripulados, hasta 80 buques y 36.000 tanques, blindados y otros tipos de transporte serán desplegados, según el Ministerio de Defensa.
”En el curso de la maniobras la acción de las tropas se desarrollará en conformidad con el acuerdo entre Rusia, China, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán para el fortalecimiento de la confianza en el ámbito de militar en la zona fronteriza”, señaló Defensa en un comunicado.
Las maniobras constarán de dos etapas: en la primera se llevará a cabo el despliegue de fuerzas en el Extremo Oriente, en el Pacífico Norte y el mar del Norte, y en la segunda se verificará la interacción de las distintas fuerzas en operaciones defensiva y de ataque.
Observadores de 57 países, así como la misión de enlace de la OTAN y de la representación de la Unión Europea, presenciarán las maniobras, que contarán con la asistencia del presidente ruso, Vladímir Putin.
Con el apoyo de China y Mongolia
El ministro de Defensa de Rusia, Serguei Shoigú, calificó estos ejercicios como los más importantes desde las maniobras Zapad-81 (Oeste-81), realizados en 1981, “tanto por la superficie que cubren como por el número de fuerzas y órganos de mando militar que participan”. En Vostok-2018 participan también China y Mongolia, que aportarán tanto unidades militares como aviones, helicópteros y estructuras de mando.
El despliegue se da sobre el telón de fondo de la escalada de la tensión entre Rusia y Estados Unidos en otros escenarios del mundo, como Siria, donde el Kremlin actúa militarmente como el principal apoyo de las tropas de Bachar el Asad.