Estados Unidos ha estrechado aún más todavía su cerco a Nicolás Maduro. Trump no ha dudado en asegurar que confía en que un golpe contra el presidente de Venezuela lograría derrocarle y, además, ha impuesto sanciones a la mujer del líder venezolano, Cilia Flores.
Mientras Trump hablaba en la ONU, el Departamento del Tesoro anunciaba nuevas sanciones al círculo más íntimo de Maduro. Entre ellas, a su mujer, Cilia Flores. «El Tesoro va a seguir imponiendo cargas financieras contra aquellos responsables del trágico declive de Venezuela y las redes y los testaferros que utilizan para esconder su riqueza ilícita», especificó el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en un comunicado.
EEUU también ha querido castigar a la red de apoyo a Rafael Sarria. Considerado el testaferro de Diosdado Cabello, número dos del régimen chavista.
Las sanciones implican la congelación de activos en EEUU y la prohibición de hacer transacciones con ciudadanos y entidades estadounidenses.
Maduro contestaba inmediatamente, sobre todo, por la sanción a su mujer. «No se metan con Cilia. Y no se metan con la familia. ¡No sean cobardes!», decía en un acto. Además de Flores, EEUU sancionaba también al ministro de Defensa, al de Información y a la vicepresidenta.
Golpe contra Maduro
Además de las sanciones, Trump animaba indirectamente a un golpe de Estado contra Maduro. El presidente americano aseguraba que si los militares venezolanos quisieran, podrían derrocar al presidente.
«Es un régimen que, francamente, podría ser derrotado muy rápidamente si los militares deciden hacer eso», decía Trump en la ONU. Aunque evitó entrar en detalles, pareció cuestionar la valentía de los soldados venezolanos.
Tampoco dudó Trump en calificar de «tragedia humana» la crisis venezolana. Y arremetió contra el «régimen represivo» de Maduro. Por eso, llamó a «restaurar la democracia en Venezuela», animando al resto de países a sumarse a la iniciativa.