Este lunes, Grecia pone fin a 8 años, tres meses y 19 días de rescate. El país heleno sale de su situación, tras recibir casi 300.000 millones de euros en préstamos. Lo que abrió una etapa de brecha política, económica y social de la que todavía tardarán en recuperarse.
De momento, este lunes es el primer paso. El ministro de Energía y Medioambiente griego, George Stathakis, ha afirmado que Grecia «ha abordado las dos causas principales del problema». Por un lado, el del déficit por los enormes presupuestos. El otro, el déficit en la balanza comercial. «Estos dos grandes problemas han sido remediados, aunque el coste haya sido alto», ha dicho.
Los acreedores, además, están convencidos de que el país podrá sostenerse por sí solo. Algo que indican factores como el turismo, que ha aumentado. O el desempleo, que ha descendido notablemente, quedándose en el 28%.
«En los últimos tres años la tasa de desempleo ha bajado en más de 6 puntos porcentuales y va a seguir descendiendo. Mi principal objetivo es que para septiembre del 2018 esté cerca del 18%. Esto supone entre 8 y 9 puntos porcentuales menos que cuando nos hicimos cargo», ha dicho Effie Achtsioglou, Ministra de Trabajo y Seguridad Social.
Vigilancia
Pese a todo, Grecia tendrá una estrecha vigilancia hasta el año 2022. Ahora, cuentan con un colchón efectivo de 24.000 millones de euros.
Aunque les queda todavía un largo camino por recorrer, los helenos están convencidos de haber hecho ya lo más importante. Con convencimiento, están seguros de que lo peor ya ha pasado y de que podrán ahora equipararse de nuevo al resto de países europeos.