Estados Unidos ha decidido imponer aranceles sobre las importaciones de China por valor de 200.000 millones de dólares, después de fracasar los esfuerzos para negociar una solución a la disputa comercial entre ambos países.
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, ha asegurado que el país impondrá aranceles del 10% sobre las importaciones chinas adicionales. La medida es la más reciente en la creciente disputa comercial entre las dos economías más grandes del mundo.
LA RESPUESTA DE CHINA
China ha considerado “totalmente inaceptable” la decisión de Estados Unidos y ha anunciado que tomará “las contramedidas necesarias”, sin precisar cuáles serán éstas.
“La actitud de Estados Unidos daña a China, al mundo y a ellos mismos. Esta conducta irracional no puede ganar apoyos”, afirma un portavoz del Ministerio chino de Comercio en un comunicado.
Asimismo, añade que “China está conmocionada” y que presentarán una nueva demanda ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) para denunciar la “conducta unilateral” de Estados Unidos.
Pekín no ha ofrecido detalles de inmediato sobre el importe y la naturaleza de sus medidas de represalia, aunque la agencia oficial Xinhua precisa que se han impuesto “derechos aduaneros complementarios” a productos estadounidenses.
Soja, sorgo, automóviles, cabezas de cerdo, pistachos o whisky son algunos de los productos estadounidenses a los que China ha puesto en el punto de mira.
De cualquier forma, en 2017 China importó productos estadounidenses por aproximadamente unos 135.000 millones de dólares, de forma que si el gigante asiático adopta una medida equivalente afectará la integridad de sus compras a Estados Unidos.
TENSIÓN QUE PUEDE AGRAVARSE
Washington acusa a China de haberse apropiado de patentes de tecnología ya sea a través de las obligaciones a las empresas estadounidenses para operar en el mercado chino o simplemente mediante el robo.
El año pasado, el déficit comercial de Estados Unidos con China alcanzó los 372.200 millones de dólares, una cifra que desató la ira del presidente Donald Trump.
En su nota oficial divulgada este martes, el representante estadounidense de comercio, Robert Lighthizer, asegura que el Gobierno de Trump “esperó pacientemente” durante más de un año a que China modificara las “prácticas injustas” en el comercio.
“Hemos sido muy claros y detallados en los cambios específicos que China debería adoptar. Lamentablemente, China no ha cambiado su comportamiento” y esa actitud pone en riesgo el futuro de la economía de Estados Unidos”, precisa.
En vez de cambiar su actitud, alega Lighthizer, China “comenzó a adoptar represalias contra productos estadounidenses. No hay justificación para tales acciones“.