La Justicia brasileña se pronunciaba este pasado fin de semana, anulando la candidatura de Lula da Silva a las próximas elecciones. Algo esperado pues la ley dicta que no puede haber un candidato con proceso abierto en segunda instancia. Pero Lula ya tiene sustituto: Fernando Haddad. Aunque el Partido de los Trabajadores (PT) ha intentado mantenerle en un segundo plano, se aproxima el momento de dar el paso al frente. Y muchos se preguntan quién es el nuevo candidato.
Haddad tiene 55 años y es hijo de inmigrantes libaneses. Académico y político, tiene un máster en Economía y un doctorado en Filosofía de la Universidad de Sao Paulo. En su currículum consta que ha sido consultor de la Fundación Instituto de Investigaciones Económicas. También jefe de personal de la Secretaría de Desarrollo Económico y de Hacienda de Sao Paulo. Y se completa como asesor especial del Ministerio de Planificación, Presupuesto y Gestión.
Además, es profesor en el departamento de Política de la Universidad de Sao Paulo.
En política
Su carrera política despegaba en 2005, cuando asumió el cargo de ministro de Educación. Se mantuvo en los gobiernos de Lula da Silva y de Dilma Rousseff. Llevó a cabo lo que se denominó como “democratización de la enseñanza”. Inauguró 126 campus universitarios y estableció becas y cuotas. Por primera vez, se permitió así que negros, pobres e indígenas entraran en masa a las facultades.
Dejó su puesto como ministro para postularse como alcalde de Sao Paulo. Logró ganar en segunda vuelta en las elecciones de 2012. Derrotó al candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña, José Serra, con casi el 56% de los votos.
Bajo su mandato, puso en marcha un moderno programa de movilidad urbana. Llenó la mayor metrópoli de Sudamérica de carriles bici, aunque enfureció a la masa más conservadora. Tuvo que hacer frente a las protestas juveniles de 2013 por el aumento en el precio del autobús.
Los incidentes derivaron en una movilización nacional sin precedentes contra la clase política en general. En 2016 lo pagó sufriendo una derrota electoral estrepitosa.
Fernando Haddad tendrá ahora que hacer frente a la candidatura. Algo que no tendrá fácil, pues ser el sustituto de Lula da Silva será complicado. Haddad es relativamente conocido entre las clases medias urbanas y en el sudeste de Brasil. Pero mucho menos entre los campesinos del norte, donde Lula era un filón.