El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, lo tiene claro. No dudará en iniciar un conflicto militar contra Irán si Teherán cierra una vía fluvial clave en el Mar Rojo.
Así lo ha expresado Netanyahu públicamente después de que la semana pasada los rebeldes yemeníes del movimiento chií Ansar Alá realizaran un ataque contra dos barcos petroleros saudiés en el Mar Rojo, cerca de las cosas de Yemen. Aunque causaron leves daños a una de las embarcaciones, demostraron poder cerrar el estrecho de Bab al Mandab.
Gracias a su ubicación, este enclave en la entrada sur del Mar Rojo es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo. Convertido también en cuello de botella precisamente por el gran tráfico al puerto de Eilat, al sur de Israel.
“Si Irán intenta bloquear el estrecho de Bab al Mandeb estoy convencido de que se enfrentará a una coalición internacional decidida a evitarlo y esta coalición también incluirá a todas las ramas militares de Israel”, ha dicho Netanyahu al respecto.
A pesar de que el Ejército israelí se enfrenta a amenazas de seguridad en el norte y sur del país, el ministro de Defensa está seguro que podrían librar una guerra en múltiples frentes.
“Estarán listos en el mar Rojo y en el norte y en el sur. Estamos listos para una campaña en todos los frentes a la vez, listos para asestar un golpe poderoso al enemigo”, ha dicho el titular de Defensa israelí.
El estrecho de Bab al Mandeb
El enclave por el que Israel estaría dispuesto a emprender conflicto con Irán enlaza el Mar Rojo, al norte, con el golfo de Adén, y al sur con el océano Índico. El estrecho separa el llamado cuerno de África de la península arábiga. Su ribera pertenece a Eritrea y Yibuti por el lado africano y a Yemen por el asiático.
Se trata de una vía crucial por su cercanía a los ricos pozos petroleros de Medio Oriente y del Canal de Suez.