El Día Mundial de la Alimentación fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 1979 para concienciar a la población sobre los problemas de desnutrición y pobreza, así como para disminuir el hambre en el mundo. Promover una alimentación saludable es uno de sus objetivos.
Dentro de los hábitos de vida saludables debe incluirse la dieta mediterránea que es una dieta sana, equilibrada y variada. Una alimentación adecuada puede prevenir multitud de enfermedades.
Por este motivo, el Hospital La Luz ha querido promover hábitos y costumbres de vida saludable entre sus trabajadores, y ayer miércoles 13 de octubre se repartieron más de 300 piezas de fruta fresca.
Tal y como explica la jefa de servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital la Luz, la doctora María Luisa de Mingo, nuestra dieta mediterránea es un plan de alimentación saludable. Varios estudios confirman que ayuda a prevenir las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares.
“Debemos reducir la ingesta de azúcares, carnes rojas y grasas saturadas y fomentar el consumo de frutas y verduras para reducir el riesgo de padecer problemas cardiovasculares”, indica la doctora.
Según la doctora de Mingo, el oro líquido de nuestra dieta mediterránea, el aceite de oliva, es rico en antioxidantes y grasas monoinsaturadas que tienen efectos antitrombóticos y cardioprotectores frente a la arterioesclerosis (estrechamiento y endurecimiento de las arterias). “Además, nos ayuda a disminuir el colesterol “malo” o LDL”, subraya.
Es aconsejable evitar fritos y bollería industrial, así como el consumo de grasas saturadas (aceite de coco o de palma) y grasas trans o hidrogenadas que aumentan un 33% el riesgo coronario. Éstas se pueden identificar en el etiquetado nutricional de los alimentos.
De acuerdo a la especialista del Hospital la Luz con una adecuada alimentación se pueden prevenir muchas enfermedades como la obesidad y todas sus comorbilidades como la hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, apnea del sueño, etc. Además, la obesidad puede provocar alteraciones menstruales e infertilidad. También con una dieta equilibrada se pueden prevenir enfermedades cardiovasculares o el cáncer.
Según un informe del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) el consumo excesivo de carne roja y carne procesada se asocia a cáncer de colon, páncreas y próstata “y parece que hay evidencias suficientes para establecer una asociación entre el consumo de carne procesada y la aparición de cáncer de colon y cáncer de estómago”, asevera la doctora de Mingo.
Asimismo, el consumo de alcohol se asocia al cáncer de boca, esófago, faringe, laringe, hígado, colon, recto y mama. “La obesidad se relaciona además con el cáncer de vesícula, mama y endometrio en el caso de las mujeres y en los hombres con el de colon, recto y próstata”, reconoce la doctora.
“Además, una buena dieta ayuda no sólo a mejorar la respuesta a la quimioterapia y la radioterapia sino también a prevenir sus complicaciones”, destaca María Luisa de Mingo.
Otra de las enfermedades es la sarcopenia, “enfermedad progresiva que consiste en la pérdida de la masa muscular que va produciéndose con la edad, y puede favorecer en las personas de más edad las caídas y las fracturas. Puede prevenirse con un consumo adecuado de calorías, proteínas y vitaminas”, concluye la doctora.