Este martes, 29 de octubre, se celebra el Día Mundial del Ictus, una jornada dedicada a crear conciencia sobre esta enfermedad que afecta anualmente a millones de personas en todo el mundo. En nuestro país, el ictus es la principal causa de discapacidad en adultos y la segunda causa de mortalidad, subrayando su gran impacto en la salud pública y la necesidad de un enfoque integral en su prevención, tratamiento y seguimiento.
El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, es una afección neurológica que ocurre cuando se interrumpe el flujo de sangre a una parte del cerebro, provocando la muerte de las células cerebrales en esa área. Esta interrupción puede deberse a dos causas principales: una obstrucción en una arteria (ictus isquémico) o la rotura de un vaso sanguíneo (ictus hemorrágico).
Según estudios recientes, hasta el 60% de las personas que han pasado por un ictus agudo pueden desarrollar secuelas cognitivas que incluyen problemas de memoria, atención o lenguaje, lo que impacta significativamente en la calidad de vida de los pacientes.
Pero otros síntomas suelen aparecer de manera súbita como la pérdida de fuerza o sensibilidad en un lado del cuerpo, alteración en la visión, problemas de equilibrio y cefaleas intensas. “El ictus es una emergencia médica que requiere atención inmediata para minimizar el daño cerebral y mejorar las posibilidades de recuperación; por ello, la identificación temprana de los signos y síntomas, junto con un tratamiento rápido, son fundamentales para reducir las secuelas y mejorar el pronóstico del paciente.”, advierte el Doctor David Pérez Martínez, jefe de Servicio de Neurología del Hospital Universitario La Luz de Madrid.
Atención continua y rehabilitación
El especialista destaca la importancia de la atención continua y la rehabilitación de los pacientes que han superado la fase aguda del ictus. «Una vez superada la fase crítica, el trabajo del neurólogo se vuelve fundamental en la identificación y manejo de las secuelas cognitivas y motoras que a menudo surgen tras un ictus», indica el doctor.
Según el neurólogo, el diagnóstico temprano de estas secuelas es decisivo para implementar estrategias de rehabilitación cognitiva adaptadas a las necesidades individuales de cada paciente, promoviendo una mejor recuperación funcional y ayudando a que los pacientes recuperen su autonomía en la medida de lo posible. El Dr. David Pérez resalta que un seguimiento a largo plazo con evaluaciones periódicas permite ajustar las terapias a medida que el paciente evoluciona, optimizando así los resultados de la rehabilitación.
En este Día Mundial del Ictus, el Hospital Universitario La Luz y su equipo de especialistas instan a la población a conocer los síntomas de alarma del ictus y actuar rápidamente ante su aparición. «El tiempo es cerebro», afirma el neurólogo, destacando que una intervención temprana por parte de especialistas puede marcar la diferencia entre una recuperación exitosa y una discapacidad severa. Los síntomas de alarma más comunes incluyen la pérdida repentina de fuerza en el brazo o la pierna de un lado del cuerpo, la dificultad para hablar o comprender, la pérdida de visión en uno o ambos ojos y el dolor de cabeza intenso sin causa aparente.
Detección precoz e intervención rápida
La detección precoz y la intervención rápida son aspectos clave en la lucha contra el ictus, y en este sentido, el Doctor Pérez Martínez insiste en la importancia de la educación y la concienciación de la población. «El ictus no solo afecta a las personas mayores. Puede presentarse en adultos jóvenes e incluso en niños, por lo que es vital que todos estemos informados sobre los factores de riesgo y síntomas de alarma», subraya.
El servicio de Neurología del centro hospitalario también enfatiza la necesidad de promover estilos de vida saludables como medida preventiva para reducir el riesgo de ictus. “Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco, y controlar factores como la hipertensión, el colesterol y la diabetes, son acciones que pueden contribuir significativamente a la prevención de esta enfermedad”, sostiene.
El Doctor David Pérez y su equipo reiteran su compromiso con la atención integral de los pacientes con ictus, desde la fase aguda hasta la rehabilitación y el seguimiento a largo plazo. «Nuestro objetivo es no solo tratar el ictus en su fase aguda, sino también acompañar al paciente en su proceso de recuperación para que pueda reintegrarse plenamente a su vida cotidiana», explica el especialista.