La nueva ofensiva de Marruecos en materia de migración ha sido contundente. El país ha reforzado el control de la migración que parte de sus costas hacia España. Y lo hace a la espera que se cumplan las promesas que Merkel y Sánchez han hecho en su fin de semana en Doñana.
Ambos líderes anunciaron que la UE entregará millones de euros adicionales a Marruecos para tapar la brecha del Estrecho. A la espera de esos fondos, las autoridades marroquíes llevan días realizando detenciones masivas en el país. Y las deportaciones se han multiplicado entre los subsaharianos.
Un gesto que se repite cada vez que Europa anuncia nuevos fondos y ayudas para controlar la migración. Actualmente, son Ceuta, Melilla y Tánger los puntos calientes en los que Marruecos ha reforzado el control. Tanto es así que algunas ONG’s han denunciado que son detenciones ilegales.
Todo ello a la espera de que Merkel y Sánchez cumplan la promesa de enviar más fondos a Marruecos para frenar la migración. El país será el primer receptor de las ayudas. Y aunque Europa tiene que dar el visto bueno, el apoyo de Alemania y Francia hará muy posible esa nueva inyección de ayudas.
Destino y estancia
Marruecos, por su parte, ha comenzado a comprender ya que es un país de destino y estancia. La vía marroquí de entrada a Europa se ha multiplicado en los meses de junio y julio. A la vez, disminuían las rutas del Mediterráneo central y oriental.
El país ha entendido que ya no es sólo país de tránsito para quienes llegar a Europa. Sino que es destino y estancia. Rabat ha llevado a cabo dos regularizaciones masivas de inmigrantes subsaharianos. Llegando a 40.000 las personas que han conseguido la tarjeta de residencia y pueden vivir y trabajar en el país.