La Unión Europea pone a Egipto como ejemplo por su forma de gestionar la inmigración. Sebastian Kurz, el conservador primer ministro de Austria, que lleva las riendas de la presidencia semestral de la UE, ha alabado el modo con el que Abdelfatah Al Sisi, el militar que accedió a la presidencia de Egipto tras un golpe de estado en 2013, combate la migración ilegal.
¿Por qué este espaldarazo público de Kurz a Al Sisi? Porque Egipto evita que salgan barcos migrantes hacia las costas europeas. Y esta es la principal preocupación de los dirigentes europeos que, como Kurz, defienden la mano dura con la migración. Y El Cairo, de manera sorpresiva, se abre ahora como un aliado potencialmente útil para los 28.
«Es un muy buen interlocutor porque está dirigido de forma eficiente, tiene liderazgo político y está preparado para luchar contra la inmigración”, ha alabado el canciller austríaco Sebastian Kurz, que ha sido anfitrión estos días de la cumbre informal de los líderes de la UE, celebrada en Salzburgo (Austria).
Cumbre de la Liga Árabe
Evitar que las embarcaciones que salen del norte del Africa lleguen a las costas europeas se ha convertido en la obsesión europea para frenar los flujos migratorios, que han descendido a niveles previos a 2015. Y Europa ve al régimen de Al Sisi como un aliado firme.
«Si todos los países en el Mediterráneo actuaran tan seriamente como Egipto no habría problemas de flujos irregulares hacia Europa», celebraba hace unos días al alto cargo encargado de preparar las reuniones del Consejo Europeo.
La implicación de los europeos llega hasta el punto de que el presidente del Consejo, Donald Tusk, que ya estuvo en el país hace unos días con Kurz, planteará este domingo a Al Sisi, durante el encuentro que mantendrán en Nueva York, la celebración de una cumbre entre la UE y la Liga Árabe en febrero de 2019 en Egipto.