Delante de los micrófonos, Matteo Salvini tampoco tiene pelos en la lengua. Pero, sin duda, es en Twitter donde despliega todas sus armas xenófobas. El ministro de Interior italiano ha sabido cómo convertir su perfil en un constante ataque a los extranjeros.
Entre sus tuits se pueden encontrar todo tipo de agravios hacia los inmigrantes que viven en Italia o a quienes visitan el país. Tan sólo en los dos últimos días, el líder de la ultraderechista Liga ha cargado contra ingleses, musulmanes, manifestantes a favor de la inmigración o ha ironizado con el ataque a la comisaría de Cornellá.
Salvini no entiende de diplomacia ni correcciones. Llama “idiotas” a los ingleses que se bañaron en una plaza de Venecia. A los que piden la acogida de inmigrantes les manda “un beso”. Y del ataque de Cornellá asegura irónico que un “bello ejemplo de integración”.
El ministro italiano no se ha olvidado de los que viven en Italia. Ya ha amenazado en varias ocasiones a los inmigrantes diciéndoles que “empiecen a hacer las maletas”. El barco Aquarius también se convirtió en arma arrojadiza. “¡Pueden irse adonde quieran, pero no a Italia! STOP traficantes de seres humanos y cómplices”, dijo entonces.
Espejo en Trump
Salvini ha sido ya comparado con Trump en el uso de Twitter. Ni uno ni otro tiene reparos en decir lo que piensa. Los dos tienen experiencia en radio, televisión y redes sociales. Utilizan sus perfiles a diario y viralizan sus contenidos.
Para el ministro de Interior italiano es su mejor arma contra la inmigración. Una cruzada que le ha llevado a denegar la entrada a inmigrantes y a cargar contra todo aquel que sí lo permita.