El presidente de EEUU, Donald Trump, ha dado carta blanca a los 8.000 militares americanos desplazados a la frontera del país con México. El mandatario les ha dado permiso para usar la fuerza letal llegado el caso. Lo que significa que podrán disparar a matar si lo consideran necesario.
Podrán utilizar sus armas y matar migrantes si con ello se protegen a sí mismos o a los agentes del departamento de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU.
La decisión de Trump ha sido del todo polémica y, con seguridad acabará en los tribunales. Además, ha provocado grandes tensiones en el interior de la Casa Blanca. La orden del mandatario americano permite también controlar a la masa de migrantes, realizar detenciones provisionales y registros superficiales.
En conflicto con la ley
La orden de Trump podría entrar en conflicto con la ley, tal y como le recordó su jefe de gabinete, John Kelly. Él es uno de los que se han mostrado contrarios a esta permisividad. Entre otras cosas, porque choca con la ley de 1878 que impide el uso del ejército para asuntos de gobierno civil.
Sin embargo, Trump había prometido esta carta blanca en la campaña de las elecciones de noviembre. Y lo ha cumplido, pese a la sorpresa incluso del jefe del Pentágono.
«Criminales»
En su ataque a los migrantes, Trump sigue empeñado en intentar hacer ver que son «gente muy mala». «En esas caravanas hay al menos 500 criminales», dijo. Y amenazó con cerrar las entradas al país «por un plazo indeterminado» si los funcionarios «temen perder el control o resultar heridos».
En periodo electoral, Trump ordenó el refuerzo de la frontera con 6.000 soldados en el sur. Y aseguró que elevaría la cifra a 15.000 si era necesario.