En 2003, la pandemia del SARS causó un impacto en la economía global de 40.000 millones de dólares. China perdió entonces un punto de crecimiento de su PIB. Y el mundo, globalmente, un 1,3%. La factura, con el coronavirus, puede ser ahora superior.
Entonces, la Universidad de Corea realizó un estudio avisando de que los costes económicos de una enfermedad mundial van más allá de los daños directos a los sectores afectados. Y es que la globalización ha hecho que los vínculos comerciales y financieros estén totalmente interrelacionados.
Los primeros análisis aseguran que el mundo podría perder tres décimas de crecimiento en el primer trimestre del año. Lo que en total supone la misma pérdida que costó el SARS a lo largo de todo el periodo.
La diferencia con la etapa del SARS es que China no es la economía que ahora. Si antes representaba el 4% del PIB mundial, ahora supera el 16%. Por lo que el impacto será aún mayor. En turismo, si en 2003 apenabas recibían a 20 millones de turistas, ahora acogen a unos 134 millones.
Hundimiento de la Bolsa
Los primeros síntomas de hundimiento económico se han dado en la propia Bolsa de China. El índice del país cerraba con un desplome del 7,72%, el mayor en cuatro años. Y lo hacía en su vuelta a la actividad tras más de una semana cerrado por la festividad del Año Nuevo Chino.
Debido a esto, el Banco Central de China anunció la mayor intervención del mercado en un día desde el 2004. La inyección de 1,2 billones de yuanes (unos 157.000 millones de euros) en el mercado para tratar de contrarrestar los efectos adversos de la crisis en la Bolsa.