En un país como Italia, al igual que en España, la playa es destino por excelencia en las vacaciones de verano. Muchos ciudadanos de interior poseen casas en la costa a la que se marchan en los meses de más calor. Eso, unido a los turistas, hacen que estén llenas. En un momento en que pocos se atreven a pronosticar si por el coronavirus se vivirá un verano ‘normal’, una empresa italiana ha presentado una idea innovadora y sorprendente.
Se trata de cabinas de metacrilato que separarían a unos bañistas de otros. La OMS ya ha advertido que la población mundial necesitará adaptarse a una “nueva realidad”. Y en Italia han pensado en cómo se podría volver a la playa sin peligro de contagio.
Muchos han comenzado a pensar en las vacaciones de verano. A pesar, incluso, de que en Italia no han comenzado aún con la fase 2, que permitirá medidas más relajadas de confinamiento.
La subsecretaria de Turismo italiana, Lorenza Bonaccorsi, ha admitido que están trabajando ya para “garantizar” unas vacaciones estivales con seguridad. El sindicato de playas ha pedido ya “una ordenanza nacional que establezca métodos únicos para todo el territorio”.
Pero mientras llegan esas medidas, las empresas han comenzado a buscar soluciones. A fin de que el turismo no pierda más de lo que se ha quedado ya por el camino.
Ha sido la compañía Nuova Neon Group 2 la que ha presentado esta idea de las cabinas de metacrilato. Permitirán aislar a los bañistas en la arena. Tendrían una superficie de 20 metros cuadrados. Y un aforo de dos personas, 2 tumbonas y una sombrilla. También habría espacios para familias con niños.
La medida limitaría ya de por sí el aforo en la playa, evitando las aglomeraciones y, por tanto, nuevos brotes de coronavirus. Aunque habrá que comprobar si el Covid-19 sobrevive o no a las altas temperaturas. En ese caso, aseguran los expertos, no harán falta tantas medidas de seguridad.
Otras medidas
A estas ideas se suman otras soluciones para que el sector turístico no sufra la peor temporada de la historia. Entre ellas, por ejemplo, un sistema obligatorio de reserva de tumbonas para evitar el hacinamiento. O la asignación de franjas horarias según los grupos de edad.
Una medida ésta última que evitaría además el contacto de personas mayores y de riesgo con otros grupos.
Otras medidas podrían incluir el cierre de los parques infantiles junto a las playas, instalaciones adicionales para lavarse las manos e incluso desinfectar la arena.