En una comparecencia ante su casa de Downing Street, en Londres, Theresa May anunciaba su dimisión como líder del Partido Conservador del Reino Unido y como primera ministra. La última crisis de Gobierno ha podido con ella tres años después del referéndum del Brexit. May no ha sido capaz de manejar la salida de la UE, algo que le ha terminado costando el cargo.
De momento, May se mantendrá como primera ministra, haciendo efectiva su dimisión el próximo 7 de junio. Así, recibirá como estaba previsto a Donald Trump, que realiza una visita oficial a Reino Unido entre el 3 y el 5 de junio.
“Ha llegado la hora de que sea otro primer ministro el que lidere al país”, decía May en su discurso. A partir de ahora, se mantendrá como primera ministra. Y dará así tiempo al Partido Conservador a poner en marcha su sucesión. Un proceso que podría alargarse hasta dos meses.
May se reunía este viernes a primera hora en Downing Street con el presidente de su partido, Brandon Lewis, y el jefe del Comité 1922, Graham Brady. Les comunicaba su decisión, que se daba por hecho en las últimas horas. El comité había llegado a provocar una tercera votación secreta entre sus miembros para cambiar las reglas del partido y acelerar la caída de May.
El Brexit, su tumba
El último intento de May por sacar el Brexit adelante ha terminado siendo su tumba política. La primera ministra terminó con la paciencia hasta de los conservadores. Había incluido en el texto la posibilidad de realizar un segundo referéndum y de mantener una unión aduanera temporal con la UE.
Pretendía May lograr el apoyo de los laboristas moderados. Sin embargo, las dos propuestas iban en contra de su propio partido. Hasta sus ministros más fieles le comunicaron que no apoyarían esta ley. Y se terminaba dando por vencida.
Ahora arrancará la carrera para suceder a la primera ministra, quien ha insinuado que podría volver a presentarse a las primarias del Partido Conservador. El favorito para ser su sustituto no es otro que el exalcalde de Londres Boris Johnson.