El presidente de EEUU, Donald Trump, ha terminado cediendo este jueves y dando a los gobernadores la libertad de reactivar el tejido empresarial y comercial cuando lo consideren oportuno. De acuerdo con sus cifras de contagios y fallecimientos por coronavirus. Pese a ello, ha presentado un plan en tres fases para reactivar la economía del país. “Hay que volver a ponerse en marcha”, ha defendido.
Por eso, hace una serie de recomendaciones, con criterios como camas de hospital y cantidad de pruebas de diagnóstico que se pueden hacer diariamente. Pese a ello, serán los gobernadores de cada estado los que decidan cuándo y cómo reabrir. Eso sí, Trump ha defendido que “América quiere abrir”. “Los americanos quieren que abra”, ha dicho en rueda de prensa este pasado jueves.
Unas horas antes de hablar ante la prensa, Trump comunicaba su decisión a los gobernadores. Y aunque había defendido decretar la apertura obligada de fábricas y comercios, finalmente cedía. No sin dejar claro que él apuesta por acelerar la reactivación económica. “Un cierre prolongado, combinado con una depresión económica infligirá un daño inmenso sobre la sociedad”, decía el mandatario americano. “Ahora que hemos superado el pico en muchos casos, hay que volver a ponerse en marcha”, insistía.
Plan en tres fases
Según el plan en tres fases de Trump, en un primer momento los colegios permanecerán aún cerrados. Y se prohibirán las visitas a residencias de mayores y hospitales. A los comercios como restaurantes se les permitirá abrir con limitación de aforo y distancia de seguridad entre comensales.
En una segunda fase, se autorizarían los viajes no esenciales. Se prohibirían, eso sí, las concentraciones de más de 50 personas y se mantendría el aislamiento a la población de riesgo.
Y en la tercera fase, la población no vulnerable minimizaría su tiempo en lugares públicos. Sí podría salir a la calle, pero manteniendo una distancia prudencial entre unos y otros. Los bares tendrían aforo limitado también en barra y los gimnasios podrían reabrir con medidas normales.
Desde la semana pasada, la Casa Blanca trabaja en un sistema gradual de reactivación de la economía que podrán aplicar principalmente los nueve estados con menos de mil infectados. Las medidas de confinamiento están aprobadas por Trump hasta el 30 de abril. A partir de ahí, serán los gobernadores quienes decidan.
El problema es que los motores económicos del país, como Nueva York, aún registran altos índices de contagios y muertes. De hecho, el gobernador del estado desafiaba a Trump antes de conocer sus planes y anunciaba que alargaría la cuarentena.
También han anunciado una nueva prórroga del confinamiento estados como California, Oregón y Washington.