Las autoridades de Rusia trabajan a contrarreloj para tener lista la aprobación de su vacuna anti Covid-19 en agosto. Será a mediados de mes, y seguramente antes del día 10, según informa la cadena americana CNN. Desde el país ruso niegan que haya riesgos de seguridad o eficacia por la rapidez en los plazos habituales para su salida al mercado.
Desde Rusia han confirmado que la vacuna «se aprobará para su uso público». Y que los sanitarios que luchan contra la pandemia serán los primeros en recibirla.
La comunidad científica ha mostrado su preocupación al creer que no se han completado todas las fases de ensayos. Especialmente las realizadas en humanos. Y recuerdan que no se han publicado todos los datos científicos que explican el desarrollo de la vacuna.
Algunos medios aseguran que no se ha completado la fase 2 de ensayos. Pero que, pese a ello, en Rusia pretenden completarla antes del 3 de agosto. Luego llevar a cabo la fase 3 de pruebas paralelamente a la vacunación de los sanitarios.
La carrera por la vacuna
De conseguir aprobar la vacuna, Rusia sería el primer país en ofrecer un tratamiento preventivo eficaz para el coronavirus. Pero la carrera incluye otras vacunas que están desarrollándose y que luchan por ser las mejores para acabar con la pandemia.
Una de las más esperanzadoras es la que llegará desde EEUU, donde apuntan a que en noviembre podrían tenerla lista. El Gobierno ha entregado ya 1.000 millones a la farmacéutica Moderna, que el lunes arrancaba la fase 3 de ensayos.
La candidata alemana, en colaboración con la estadounidense Pzifer, comienza este miércoles la última fase de ensayos. Prometen tener cien millones de dosis antes de finales de año.
En Reino Unido, la Universidad de Oxford prueba ya desde hace días su eficacia en Brasil, uno de los países más afectados por la pandemia.
La carrera por conseguir una vacuna eficaz se ha intensificado en las últimas semanas. Y es que el Covid-19 han infectado ya a las de 16,3 millones de personas en todo el mundo. El coronavirus ha causado, además, la muerte a más de 650.000 personas, según cifras de la OMS.