Ha sido el Ministerio de Defensa de Rusia el que ha anunciado este pasado lunes que ha concluido con éxito los primeros ensayos de su vacuna contra el Covid-19. Unas pruebas clínicas llevadas a cabo junto al Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología Gamaleya. Estos buenos resultados permitirán comenzar un nuevo ensayo en agosto, más amplio y con muchos más voluntarios.
El comunicado ruso asegura que los resultados «muestran de manera inequívoca que todos los voluntarios desarrollaron una respuesta inmunitaria» gracias a la vacuna. Todos ellos recibieron la dosis el pasado 23 de junio. Y el próximo 4 de agosto tendrán que someterse a nuevos análisis para confirmar los buenos resultados. Además, comprobarán de nuevo que no hay efectos secundarios ni reacciones indeseadas.
Lo que todavía no está claro es el tiempo de inmunidad que otorga la vacuna. Y será, sin duda, una de las referencias a tener en cuenta en los análisis que se realizarán.
La vacuna rusa se basa en un virus del resfriado común, mezclado con la proteína del Covid-19 para generar una respuesta inmune del cuerpo. Se asemeja a la desarrollada por la empresa china CanSino Biologics, que ya está en fase 2 de ensayos.
Los primeros ensayos de la vacuna en Rusia se realizaron con personal militar. Pero ahora se ha abierto a sociedad civil. De hecho, la élite empresarial y política de Rusia ha tenido ya acceso a esta vacuna experimental. Se trata de altos ejecutivos, multimillonarios y altos funcionarios del Gobierno, según revela la agencia Bloomberg.
¿Espionaje?
A su vez, la farmacéutica rusa R-Pharm ha firmado un acuerdo con AstraZeneca para fabricar la vacuna que desarrollan en Oxford. Y que, según parece, también ha generado inmunidad en los voluntarios. El pacto llega tras las acusaciones de países como Reino Unido y EEUU. Aseguraron que piratas informáticos respaldados por Rusia trataban de robar la investigación de la vacuna británica.
Sin embargo, desde Rusia aseguran que ya habían firmado el acuerdo con AstraZeneca antes. Además, han puntualizado que la vacuna británica complementará a la rusa, no la reemplazará.
La carrera mundial por encontrar una vacuna lo más rápido posible sigue a buen ritmo. De momento, la de Oxford parece llevar la delantera. Sus investigadores aseguran que podría estar lista a finales de este mismo año.