A pesar de que hasta este pasado fin de semana no se hubiera celebrado la correspondiente coronación oficial, Maha Vajiralonkorn llevaba siendo rey de los tailandeses desde el año 2016, cuando falleció su padre, Bhumibol Adulyadej. El reinado de su padre fue tan largo – gobernó durante 70 años – que, como en el caso de Carlos de Inglaterra, la mayor parte de su vida, por no decir casi toda, Vajiralonkorn la pasó como eterno heredero. En su caso, no obstante, pudo vivir sus privilegios de aspirante al trono con bastante tranquilidad, lejos de los objetivos de la prensa de su país, ya que las leyes tailandesas protegen la privacidad de la familia real hasta extremos impensables en Europa. De modo que en su país, por ejemplo, nunca han podido publicarse las imágenes de Vajiralongkorn vestido con bermudas y una exigua camiseta que dejaba ver su “real” cuerpo, profusamente tatuado, paseando cerca de su mansión alemana donde sigue pasando largas temporadas.
En Tailandia tampoco conocían demasiado a la ya reina Suthida, a pesar de que llevaba siendo pareja del rey desde hacía varios años durante los cuales la pareja ya se había dejado ver en público. Eso sí, fuera del país y, por supuesto, nunca antes se había reconocido oficialmente su relación. Para Vajiralongkorn no ha sido su primer matrimonio, los dos anteriores acabaron en divorcio, y tiene siete hijos. A Suthida la conoció cuando trabajaban juntos. Él como piloto, profesión que le apasiona y a la que se dedicó mientras esperaba que llegara su “turno”, y ella como azafata de Thai Airlines, la aerolínea de referencia en el país asiático. De Suthida poco se sabe todavía. Únicamente ha trascendido que tiene 40 años, 26 menos que su marido, y estudió Comunicaciones en la Universidad de Bangkok, donde se graduó en el año 2000, antes de entrar a trabajar en la famosa aerolínea.
Su meteórica carrera transcurrió, sin embargo, fuera de Thai Airlines. En solo cinco años, Suthida Vajiralongkorn Na Ayudhya ha alcanzado la cima de la realeza de Tailandia. En 2014 fue nombrada miembro especial del grupo de seguridad del rey, es decir, en guardaespaldas del monarca, a quien acompañaba, especialmente, durante sus visitas a Alemania. Dos años después se convirtió en general del Ejército y en el 2017 fue elegida como subcomandante del servicio de seguridad del monarca. Hasta ahora, cuando justo antes de la coronación oficial su pueblo la ha podido ver casándose con el monarca. Según el comunicado emitido por la Casa Real, Vajiralongkorn había “decidió promover a la general Suthida Vajiralongkorn Na Ayudhya, su consorte real, para que se convierta en la reina Suthida y ella tendrá el título y el estatus real como parte de la familia real”.
Y por fin, su pueblo pudo verla. La ceremonia clásica tailandesa, en la que Suthida se tumbó a los pies del rey como dictan sus costumbres, fue transmitida en vivo en cadena nacional de Tailandia y llamaron la atención de todo el mundo. A la boda, que tuvo lugar en el palacio Dusit de Bangkok, asistieron miembros de la realeza, el primer ministro y el jefe de la junta militar del país. Suthida ya reina en Tailandia.