Que doña Letizia asistiera en Zaragoza al acto de entrega de las medallas de oro al compromiso social y la labor solidaria, con motivo del Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, vistiendo un modelo de la firma ASOS no pasó desapercibido. Se trataba de una muestra de solidaridad y apoyo hacia el dueño de la citada marca de ropa online, Anders Holch Povlsen, quien perdió a tres de sus cuatro hijos durante la terrible matanza de Sri Lanka, donde la familia pasaba sus vacaciones de Pascua.
Anders Holch Povlsen tiene 46 años y sabe desde muy joven lo que significa ser un empresario de éxito. Sus padres, Troels Holch Povlsen y Merete Bech Povlsen, fundaron la empresa Bestseller en 1975, él la heredó cuando tenía 28 años y desde que se hizo cargo de la misma, su imperio no ha dejado de crecer. En 2013 compró el 10% de las acciones de la compañía alemana Zalando, que vende ropa a través de Internet, y se convirtió así en el tercer mayor accionista de la compañía. Además, para entonces, Bestseller ya era propietaria del 27% de ASOS, la tienda online más grande del Reino Unido, aunque allí los medios se fijaron en él cuando, en 2016, adquirió un terreno en Escocia por el que pagó más de nueve millones de euros convirtiéndose en uno de los mayores terrateniente de Escocia, algunos aseguran que al mismo nivel que la longeva Isabel II.
El millonario danés – Forbes le atribuye una fortuna de 7.000 millones de euros – solía desplazarse muy a menudo allí con su familia, de la que siempre ha dicho que es su prioridad. De hecho, ha venido manteniendo la costumbre de desconectar cada cierto tiempo para pasar tiempo junto a su esposa, Anne, y sus cuatro hijos, Alma, Agnes, Astrid y Alfred. Unas veces en alguna de sus propiedades, como la de Escocia, y otras de viaje, como el que emprendieron rumbo a las playas de Sri Lanka donde el matrimonio ha perdido a tres de sus cuatro hijos en las explosiones del hotel Shangri-La, en Colombo.
El último y salvaje atentado terrorista, esta vez en Sri Lanka, les ha golpeado duramente igual que ha hecho con los centenares de personas y sus familias que murieron o resultaron heridas ese fatídico 21 de abril cuando ocho explosiones detonaron en cuatro establecimientos hoteleros y tres iglesias, dejando más de 350 muertos, decenas de ellos extranjeros, y más de 500 heridos.
El pasado domingo se celebró el funeral en Aarhus, Dinamarca, por los tres hijos del matrimonio: Alma, Agnes y el único chico Alfred, todos ellos menores de edad. Un funeral al que acudieron Federico y Mary de Dinamarca junto a sus cuatro hijos, Christian, Isabel, Vicente y Josefina, grandes amigos de la familia. Durante el servicio religioso, la única de sus hijos que ha sobrevivido, Astrid, lanzó globos de colores en memoria de sus hermanos. “La pérdida de nuestros amados hijos Alma, Agnes y Alfred son completamente incomprensibles. Con las muchas personas encantadoras que tenemos a nuestro alrededor, amigos cercanos, colegas talentosos y nuestra familia amorosa nos uniremos a través de esto. Apreciamos enormemente la humanidad”, decía la carta escrita por la familia que uno de los pastores se encargó de leer por ellos durante el funeral.