Después de varios meses de guerra comercial, Trump firmaba el acuerdo de la primera fase de pacto con China. Con él se pone fin al enfrentamiento entre las dos mayores economías del mundo. Según decía el presidente de EEUU, el pacto «es un paso decisivo hacia un futuro de comercio justo y recíproco entre ambos países». Y aunque ambas potencias estaban contentas, ¿quién gana en esta guerra comercial?
A simple vista, ambos países. Cada uno de ellos logra ciertos beneficios tras un pacto que se firmó en un acto casi sin precedentes en la Casa Blanca. Y es que nunca se había visto tantos asistentes en la sala Este de la residencia presidencial americana.
Liderando cada uno de sus países, Trump y Liu He, vice primer ministro chino y artífice de la política económica de China. Les acompañaron 16 senadores, 11 diputados, cuatro ministros y cuatro embajadores. Todo un despliegue diplomático.
Y como invitados externos el magnate Sheldon Adelson y el que fuera secretario de Estado Henry Kissinger.
El presidente chino quiso enviar una carta, leída por Liu He, en la que decía que el acuerdo era «bueno para China, para EEUU y para el mundo entero».
Qué gana EEUU
En el plano económico, tras la firma del documento, Wall Street registraba subidas de récord.
Pero además hay consecuencias políticas. Este año, Trump buscará la reelección, por lo que puede presentar el acuerdo como uno de sus mayores logros. Haciendo gala de la mano dura con la que trataría al comercio chino, EEUU consigue que China compre bienes estadounidenses en los dos próximos años por valor de 200.000 millones de dólares.
Esto incluye desde productos agrícolas hasta industriales. Además de energía y servicios financieros.
El acuerdo incluye también que Pekín reduzca algunos aranceles a productos estadounidenses.
China también se ha comprometido a fortalecer las protecciones de propiedad intelectual, algo que demandaba EEUU. Desde el país americano se acusaba al gigante asiático de desatender las normas internacionales en patentes para falsificar o piratear productos.
Por otro lado, Trump va a mantener vigentes los aranceles impuestos a bienes chinos, con valor de 360.000 millones de dólares. Lo utilizará como arma de negociación en la segunda etapa del acuerdo.
Además, Pekín se compromete a no devaluar su moneda artificialmente para volver más atractivas sus exportaciones.
Qué gana China
Aunque cedió en muchas áreas, evitó hacerlo en determinados pilares de su avance económico global. Y dejó fuera del acuerdo los subsidios chinos a determinadas industrias.
Tampoco se ha llegado a un cuerdo en ciberseguridad. China sí se abstiene de exigir a las compañías estadounidenses el acceso a su tecnología para operar en su mercado.
Pese a ello, hay quien advierte que China podría ser el gran ganador de esta guerra comercial cuando se asiente el acuerdo.