El pasado domingo, Rumanía vivió un giro inesperado en su escenario político: Calin Georgescu, un candidato prorruso y conocido por su retórica antisemita y antioccidental, ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales con el 23,94% de los votos. Este resultado desplazó al primer ministro socialdemócrata Marcel Ciolacu, quien dimitió de la presidencia de su partido tras quedar tercero, y dejó en la segunda posición a la periodista conservadora Elena Lasconi, quien obtuvo el 19,7%. La segunda vuelta del 8 de diciembre enfrentará a dos visiones radicalmente opuestas para el futuro del país.
Georgescu, ferviente crítico de la UE, la OTAN y el apoyo a Ucrania, cuenta con el respaldo de líderes ultranacionalistas y sectores descontentos con las élites tradicionales. Durante su campaña, ha elogiado a Vladímir Putin y Viktor Orbán, abogando por la reducción de importaciones y la defensa de una economía autárquica.
Papel de Rumanía en el este de Europa
Su discurso nacionalista ha resonado entre quienes buscan un cambio drástico tras décadas de gobiernos percibidos como corruptos o ineficaces. Sin embargo, su eventual victoria plantea serios interrogantes sobre el papel estratégico de Rumanía en el flanco este de la OTAN, así como sobre su futuro en la Unión Europea.
Por su parte, Lasconi ha alertado sobre los riesgos de un retroceso democrático en Rumanía, calificando esta contienda como una confrontación histórica entre el pasado autoritario y el futuro democrático del país. Con su experiencia como alcaldesa de una pequeña ciudad, ha prometido estabilidad y reformas para reforzar el papel de Rumanía en la UE y la OTAN.
La intensa campaña en redes sociales de Calin Georgescu, especialmente en TikTok, junto a un voto de protesta contra el sistema político, han sido señalados como claves de su éxito. Este fenómeno, junto con la fragmentación del voto liberal y socialdemócrata, refleja el descontento creciente de los rumanos, un electorado que nunca antes había girado tan marcadamente hacia posturas ultranacionalistas.