Cuba amaneció el lunes 12 de julio en una tensa calma, sin servicio de internet móvil y con fuerte presencia policial en las calles de La Habana un día después de que miles de cubanos salieran a las calles a protestar contra el Gobierno en medio de una aguda crisis económica y sanitaria.
El «apagón» de los datos dificulta conocer a ciencia cierta lo que ocurre a lo largo de la isla, pero hasta las 15.00 hora local (19.00 GMT) no se habían reportado ni difundido imágenes de nuevas manifestaciones.
Por ello, la imagen del día la protagonizaron las decenas de mujeres que se concentraron ante comisarías de policía como la de la calle Zanja, en La Habana, para indagar sobre el paradero de sus maridos, hijos y allegados arrestados o desaparecidos durante los sucesos del pasado domingo 11, cuando se produjeron las protestas.
Las mujeres cubanas buscan a sus desaparecidos
Por el momento no existe una cifra oficial de detenciones, ya que las autoridades no han difundido información, pero activistas locales han elaborado una lista provisional en la que figuran 65 nombres solo en La Habana.
Varias de las mujeres congregadas en Zanja dijeron a Efe que sus maridos, hijos e incluso algún suegro habían sido golpeados antes de ser conducidos a paradero desconocido. Estas declaraciones, junto a videos que circulan por las redes en los que se observa represión violenta por parte de la policía cubana y agentes vestidos de civil, contrastan con la versión del Gobierno.
Díaz-Canel niega la represión
«Ya salieron con que en Cuba reprimimos, asesinamos ¿Dónde están los asesinatos cubanos? ¿Dónde está la represión cubana? ¿Dónde están los desaparecidos en Cuba?», espetó el mandatario, Miguel Díaz-Canel, en la televisión estatal, quien un día antes había llamado a sus partidarios a salir a las calle en defensa de la Revolución a enfrentar a los manifestantes, algo que está avalado según el Artículo 4 de la Constitución de Cuba.
Situación sanitaria compleja
Esos problemas se resumen en precariedad económica, escasez extrema y la pandemia del coronavirus en su peor momento en Cuba. La población sufre largos cortes de electricidad y cada vez le cuesta más encontrar productos básicos, alimentos y medicinas, cuya venta se concentra además en tiendas en divisas a las que no tienen accesos la mayoría de los cubanos, que cobran sus salarios en moneda nacional.
Las acusaciones del gobernante cubano recibieron pronta réplica del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, quien tachó de «grave error» acusar a su país de estar detrás de las protestas, a las que definió como «reflejo» de un pueblo «profundamente cansado» y de «la mala gestión y represión» de las autoridades cubanas.
«Libertad», «Abajo la dictadura», «Abajo el comunismo», «Patria y vida», «No más mentiras», «Fuera las tiendas MLC» o «Que se vayan» fueron algunas de las consignas más repetidas en la inédita jornada, en la que se vivieron choques entre los manifestantes y brigadas de defensores del Gobierno que al grito de «Yo soy Fidel» iban llegando a bordo de autobuses a los puntos calientes de protestas.