Estados Unidos e Irán han logrado un acuerdo exitoso para el intercambio de prisioneros, marcando un hito en las relaciones entre dos naciones que han sido adversarios acérrimos durante décadas. El acuerdo incluye la liberación de cinco ciudadanos estadounidenses que habían estado detenidos en cárceles iraníes y cinco ciudadanos iraníes que enfrentaban cargos o condenas en Estados Unidos.
Los ciudadanos estadounidenses liberados, todos con doble nacionalidad de Irán o con origen en ese país, incluyen a Siamak Namazi, Emad Shargi y Morad Tahbaz, entre otros. Estos individuos experimentaron largos períodos de detención, y en algunos casos, los tribunales los habían condenado por cargos que provocaron críticas internacionales. En el caso de Morad Tahbaz, un ciudadano de ascendencia iraní con ciudadanía británica y estadounidense, las autoridades lo arrestaron en 2018 y le impusieron una condena de 10 años debido a sus «contactos con el Gobierno estadounidense».
Los ciudadanos iraníes liberados, por su parte, enfrentaban cargos relacionados con actividades no violentas. Estos incluyen a Kaveh Lotolah Afrasiabi, Mehrdad Ansari, Amin Hasanzadeh, Reza Sarhangpour Kafrani y Kambiz Attar Kashani, quienes enfrentaban cargos de no registrarse como agentes extranjeros, adquisición de equipamiento potencialmente utilizado en armas nucleares y otras actividades relacionadas con la seguridad nacional.
Más que una liberación de prisioneros
El acuerdo de intercambio de prisioneros también implicó la transferencia de 6.000 millones de dólares (aproximadamente 4.700 millones de euros) en ingresos petroleros de Irán, previamente retenidos en bancos de Corea del Sur, a entidades financieras en Qatar. Estos recursos estarán a disposición exclusivamente para llevar a cabo «transacciones humanitarias altamente restringidas», las cuales comprenden la adquisición de alimentos, medicamentos, equipos de atención médica y suministros agrícolas. Se ha establecido una estricta supervisión para garantizar que estos fondos se utilicen únicamente con fines humanitarios.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se pronunció sobre este logro histórico, afirmando que «hoy, cinco estadounidenses inocentes encarcelados en Irán regresan finalmente a casa». No obstante, Biden enfatizó que este acuerdo no cambia la percepción de Irán como un adversario y un país patrocinador del terrorismo. El Gobierno estadounidense continuará imponiendo sanciones contra las acciones provocadoras de Irán en la región.
Mediación de Qatar y Omán
Este acuerdo de intercambio de prisioneros se ha logrado después de intensas negociaciones que se prolongaron durante dos años y medio, con la mediación de países como Qatar y Omán. Se espera que este gesto de buena voluntad contribuya a la creación de confianza entre Estados Unidos e Irán y potencialmente abra la puerta a futuras conversaciones sobre la limitación del programa nuclear iraní, que actualmente se encuentra en un punto muerto.
Este desarrollo ha ocurrido en vísperas de la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas, pero los funcionarios estadounidenses han aclarado que no se espera que haya contactos directos entre los líderes de Estados Unidos e Irán durante esta semana. Las relaciones entre ambas naciones se deterioraron drásticamente desde 2018 cuando Estados Unidos se retiró del acuerdo nuclear multilateral con Irán, conocido como JCPOA. Desde entonces, Irán ha reanudado su programa nuclear, lo que ha generado tensiones internacionales.
El acuerdo de intercambio de prisioneros y el desbloqueo de fondos son un paso importante hacia la distensión de las relaciones entre Estados Unidos e Irán, aunque ambos países mantienen sus posturas firmes en otros aspectos de la política regional e internacional.