Contra todo pronóstico, el Nuevo Frente Popular ha logrado ser la primera fuerza en la Asamblea Nacional en las elecciones legislativas del 7 de julio. A pesar de perder más de 80 diputados respecto a 2022, el bloque del presidente Emmanuel Macron ha conseguido mantener una posición significativa, mientras que el partido de ultraderecha Reagrupación Nacional de Marine Le Pen y Jordan Bardella ha quedado relegada a la tercera posición, aumentando su representación de 89 a 143 escaños y convirtiéndose en el primer partido individual de la Cámara Baja. Este resultado abre la posibilidad de un gobierno de cohabitación con el Nuevo Frente Popular, aunque persisten múltiples puntos de tensión en el país.
El resultado preliminar sorprendió a muchos, ya que las encuestas pronosticaban una victoria clara para la Reagrupación Nacional, incluso especulando con un gobierno dirigido por Jordan Bardella. Sin embargo, los sondeos a pie de urna anunciaron un vuelco, confirmando la victoria histórica de la izquierda, que, aunque no garantiza el gobierno, demuestra su capacidad para frenar al lepenismo con movilización.
Emmanuel Macron ha salido dañado debido a la oposición pública de varias figuras de su movimiento, como Gabriel Attal. Aunque la extrema derecha ha aumentado su número de diputados, sigue siendo la gran perdedora por no alcanzar las expectativas electorales. El campo macronista ha resistido mejor de lo previsto, obteniendo 168 escaños y manteniendo la tripolarización del espacio político.
Reequilibrio dentro de la izquierda
El Nuevo Frente Popular se ha declarado vencedor inesperado, ganando 39 escaños respecto a 2022. Sin embargo, se ha producido un reequilibrio dentro de la coalición entre el Partido Socialista (64 escaños) y Francia Insumisa (71 escaños). Esto podría llevar a que el primer ministro propuesto no provenga de Francia Insumisa, sino de los socialistas, que podrían contar con mayor consenso entre los verdes (33) y los comunistas (9).
A pesar de la normalización de la extrema derecha y la demonización de la izquierda, el electorado francés se ha movilizado para detener a la Reagrupación Nacional. La decisión de la izquierda de retirar candidaturas frente a la extrema derecha ha permitido la movilización de un nuevo frente republicano, que ha sido liderado por la izquierda con renuncias significativas que cambiaron la dinámica de la campaña.
Gobierno de izquierdas o gran coalición
El Nuevo Frente Popular tiene la iniciativa para intentar formar gobierno, aunque sería frágil y susceptible a una moción de censura. El macronismo aún tiene la opción de formar una «coalición nacional» o un gobierno con Los Republicanos, esperando el desgaste de un primer ministro de izquierdas. Cualquier gobierno formado podría ser de corta duración debido a la falta de mayorías para aprobar leyes y la posibilidad de mociones de censura.
Francia ha evitado un avance de la ultraderecha, y la izquierda tiene una oportunidad esperanzadora que debe mantener sin caer en conflictos internos. La ultraderecha sigue ganando terreno y, de cara a 2027, si la izquierda no permanece unida y enfoca sus esfuerzos en la justicia social, Le Pen aún podría tener posibilidades de éxito.