Durante la cumbre anual del G-7 celebrada en el complejo Borgo Egnazia, en el sur de Italia, los líderes de los países más ricos del mundo han alcanzado un principio de acuerdo sobre un mecanismo para proporcionar nueva inyección financiera a Ucrania utilizando los intereses generados por los activos rusos congelados. Este acuerdo busca garantizar el apoyo continuo a Kiev, mientras se inflige un daño económico a Rusia.
Según una fuente europea que recoge el diario El País, el acuerdo, aunque aún pendiente de algunos ajustes, contempla la creación de un préstamo de 50.000 millones de dólares. Este préstamo se pagaría con los rendimientos de los activos rusos inmovilizados por las sanciones occidentales. La propuesta es que cada miembro del G-7 estructure sus préstamos según sus procedimientos internos, con la Unión Europea, que posee la mayoría de los activos rusos congelados, desempeñando un papel crucial en la canalización de estos fondos.
Reuniones y Pactos de Seguridad
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se reunirá este jueves con los líderes del G-7 y firmará acuerdos de seguridad con Estados Unidos y Japón. Estos pactos forman parte de los esfuerzos para garantizar el suministro continuo de armas y apoyo a Ucrania, en línea con las intenciones anunciadas junto a la inyección financiera en la cumbre de la OTAN en Vilnius el año pasado. Estos acuerdos bilaterales son un paso intermedio mientras se facilita la adhesión de Ucrania a la Alianza Atlántica.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, expresó la determinación de los socios del G-7: «Queremos apoyar a Ucrania. Suministrar más apoyo financiero para que puedan defenderse». La declaración final de la cumbre se espera que envíe un fuerte mensaje político, aunque los detalles técnicos se discutirán y finalizarán posteriormente por los equipos especializados de los países miembros.