El ejército israelí ha emitido este lunes una orden urgente para evacuar la ciudad de Rafah, situada al sur de Gaza, así como otras zonas cercanas, debido a una intensificación prevista de sus operaciones militares. Esta evacuación, que afecta aproximadamente a 50.000 personas, es la mayor desde que se retomaron las hostilidades el pasado 18 de marzo, tras la ruptura del alto el fuego con Hamás. Desde entonces, la ofensiva militar israelí han causado más de mil víctimas mortales, 80 de ellas solo en las últimas 48 horas, según cifras oficiales ofrecidas por las autoridades sanitarias palestinas.
Esta medida coincide con la celebración del Aid el Fitr, festividad musulmana que marca el fin del Ramadán, obligando a miles de familias a abandonar sus hogares de forma precipitada. Las imágenes de medios internacionales muestran cómo los habitantes, cargados con sus pertenencias personales, se dirigen a pie, en vehículos o utilizando carros hacia la zona de Al Mawasi, un campamento de tiendas para desplazados que Israel define como humanitario, pero que también ha recibido ataques recientes.
Objetivo: rendición de Hamás
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, había anunciado previamente la intención del gabinete de seguridad de incrementar aún más la presión sobre Gaza con la nueva ofensiva militar. Su objetivo declarado es forzar la rendición de Hamás, el desarme del grupo y, según ha indicado, implementar un controvertido plan estadounidense de vaciar el territorio palestino de su población.
La orden de evacuación en Rafah representa, además, un retroceso significativo en términos humanitarios, dado que la población ya sufre las consecuencias de un bloqueo que impide desde hace semanas la entrada de alimentos, medicamentos, combustible y otros bienes básicos. Según datos recientes de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, más de 142.000 personas se han desplazado forzosamente en apenas seis días desde la reanudación de los combates.