La futura jefa de la diplomacia de la Unión Europea, sucesora de Josep Borrell, y ex primer ministra de Estonia Kaja Kallas, subrayó este martes la necesidad de mantener el apoyo de la UE a Ucrania “por el tiempo que sea necesario”. Durante su audiencia de confirmación ante el Parlamento Europeo en Bruselas, Kallas, de 47 años, insistió en que la ayuda al país debe incluir componentes militares, financieros y humanitarios para fortalecer la resistencia ucraniana frente a la invasión rusa. Kallas fue nominada para el puesto de Alta Representante para Asuntos Exteriores y Seguridad de la UE, además de Vicepresidenta de la Comisión Europea, cargo en el que su visión tendrá gran influencia sobre la política exterior del bloque.
“La situación en el campo de batalla es difícil”, destacó Kallas, “y por eso debemos seguir trabajando todos los días, hoy, mañana y durante el tiempo que sea necesario”. En un mensaje contundente, recalcó que el compromiso con Ucrania “debe estar respaldado por un camino claro para que Ucrania se una a la UE”. Este respaldo firme responde a las expectativas generadas tras el inicio de negociaciones formales de adhesión de Ucrania en junio, lo que representa una promesa concreta del bloque hacia una mayor integración de Kiev.
Balance del apoyo europeo a Ucrania
El apoyo de la Unión Europea a Ucrania desde la invasión rusa en 2022 ha alcanzado un valor estimado de 125.000 millones de dólares, de acuerdo con datos del Instituto Kiel, una cifra que refleja la magnitud del compromiso y los desafíos que plantea la situación en el este de Europa. Para Kallas, el refuerzo de esta asistencia no solo es un acto de solidaridad, sino una acción estratégica en defensa de los principios europeos de paz y soberanía, poniendo énfasis en la voluntad de Bruselas de trabajar por un futuro compartido con Ucrania dentro del bloque.
El liderazgo de Kallas se considera crucial para definir la política de la UE en un contexto internacional cada vez más tenso. Además de fortalecer la seguridad de Europa, su enfoque pretende mantener a la Unión Europea como un actor global comprometido con la estabilidad en sus fronteras orientales y con la defensa de sus valores en el ámbito internacional.