El presidente francés, Emmanuel Macron, ha designado a François Bayrou, líder del partido centrista MoDem, como el nuevo primer ministro de Francia. El nombramiento llega tras la moción de censura que derribó al anterior jefe de Gobierno, Michel Barnier, y marca un esfuerzo del mandatario por encontrar una figura capaz de lograr consenso en una Asamblea Nacional profundamente dividida.
Bayrou, de 72 años, es un político veterano y líder del Movimiento Demócrata (MoDem), uno de los principales aliados de Macron. Exministro de Educación en el gobierno de Edouard Balladur y candidato presidencial en tres ocasiones (2002, 2007 y 2012), Bayrou ha sido un actor clave en la política francesa desde hace décadas. En su discurso de toma de posesión, el nuevo primer ministro aseguró que su objetivo será «reconciliar al país» y hacer frente a los numerosos desafíos, describiéndolos como un «Himalaya de dificultades».
El nombramiento llega tras días de intensas negociaciones. Macron buscaba un perfil capaz de sobrevivir políticamente en una Asamblea Nacional fragmentada en tres bloques principales: la izquierda unida (Nuevo Frente Popular), la extrema derecha de Reagrupamiento Nacional (RN) y el centro-derecha. Consciente del riesgo de nuevas mociones de censura, el presidente trató de reconstruir el «cordón sanitario» que tradicionalmente ha aislado a la extrema derecha, evitando que Marine Le Pen y sus diputados tengan la llave de la gobernabilidad.
Gobernabilidad compleja
Aunque Bayrou cuenta con el apoyo implícito de sectores moderados y la neutralidad de RN, enfrenta la oposición de la izquierda radical liderada por Jean-Luc Mélenchon. La situación de la Asamblea hace prever una gobernabilidad compleja, con pocas posibilidades de aprobar reformas estructurales. El líder socialista Olivier Faure ya advirtió que el presidente está “agravando la crisis política” al optar por un perfil alineado con su campo.
El nombramiento de François Bayrou subraya un cambio estratégico de Macron, que había prometido nombrar un nuevo primer ministro rápidamente tras la censura a Barnier. El bloqueo político, en un contexto donde ni el presidente ni su partido cuentan con una mayoría sólida, pone en evidencia la fragilidad del sistema. En palabras de Bayrou: «Francia no busca avanzar, sino salir del bloqueo».