El futuro canciller alemán, Friedrich Merz, ha logrado este viernes un acuerdo con Los Verdes que permitirá aprobar un plan multimillonario de inversiones en defensa, infraestructuras y medio ambiente, impulsado por la creciente tensión internacional provocada por Rusia y el cambio en la política estadounidense tras el regreso de Donald Trump. La alianza garantiza una mayoría suficiente en el Bundestag para modificar la Constitución alemana y autorizar un endeudamiento extraordinario, que podría alcanzar hasta un billón de euros.
Merz, líder de la Unión Democristiana (CDU/CSU), gobernará próximamente en coalición con los socialdemócratas (SPD), pero necesitaba también el respaldo de Los Verdes para alcanzar la mayoría parlamentaria necesaria de dos tercios. Tras días de negociación, Los Verdes han accedido a apoyar el proyecto, tras recibir concesiones significativas, especialmente un fondo de 100.000 millones de euros dedicado exclusivamente al medio ambiente.
Giro histórico en Alemania
Este acuerdo supone un giro significativo respecto a las políticas de austeridad tradicionales en Alemania. El plan contempla la creación de un fondo especial de 500.000 millones de euros para inversiones en infraestructura y objetivos climáticos durante los próximos doce años. El acuerdo de Merz también flexibiliza el conocido freno constitucional a la deuda, permitiendo un mayor gasto en defensa, especialmente necesario ante la incertidumbre respecto a Estados Unidos bajo la administración Trump y la amenaza percibida desde Rusia.
Además, el acuerdo establece que los fondos aprobados serán complementarios al presupuesto regular, garantizando que no se utilizarán para reducir impuestos. Asimismo, se incluye una partida destinada específicamente a protección civil, inteligencia y ciberguerra, áreas consideradas prioritarias por Los Verdes.
La reforma constitucional será sometida a votación este martes en el Bundestag saliente, dado que el nuevo Parlamento, elegido recientemente, podría haber bloqueado esta reforma debido al ascenso de partidos como Alternativa para Alemania (AfD) y La Izquierda, ambos opuestos al proyecto.
Con este movimiento estratégico, Merz se asegura el respaldo político necesario para lanzar un ambicioso plan de modernización económica y militar, confirmando el regreso de Alemania como un actor autónomo en la política internacional europea.