Los principales líderes de la ultraderecha europea se reunieron esta mañana en el auditorio de un hotel de Madrid bajo el paraguas de Patriotas, la tercera fuerza del Parlamento Europeo, superada solo por populares y socialdemócratas. Con figuras destacadas como Viktor Orbán (Hungría), Marine Le Pen (Francia), Matteo Salvini (Italia) y Santiago Abascal (España), el evento político buscó reforzar su discurso de oposición a las políticas comunitarias y trazar una hoja de ruta común de cara a las próximas elecciones europeas de 2024. El cónclave, inspirado por la narrativa del expresidente estadounidense Donald Trump, llevó el lema de “Hacer Europa grande otra vez”, una consigna que enlaza con su propuesta de una “nueva Reconquista” ideológica, política y cultural en el continente.
Críticas a la «élite de Bruselas»
Durante más de dos horas, los líderes de Patriotas criticaron con dureza a la “élite de Bruselas” y responsabilizaron sus políticas de los “problemas estructurales” que, aseguran, sufre Europa. Entre sus principales preocupaciones destacan la inmigración “ilegal”, la supuesta “presión ideológica” ejercida sobre los Estados miembros y el “fanatismo climático” que, a su juicio, perjudica las economías nacionales.
El evento no se limitó a los nombres más mediáticos. André Ventura, líder de la formación portuguesa Chega, subió al escenario para realizar un encendido discurso que incluyó duras críticas a Pedro Sánchez, a quien vaticinó “más cerca de la cárcel”. Pese a no estar inicialmente en la lista oficial de oradores, Ventura se ganó una de las ovaciones más contundentes de la jornada. El líder de Chega ha enfrentado polémicas recientes, incluido el proceso judicial abierto contra un diputado de su partido acusado de delitos de prostitución de menores.
Los asistentes respondieron con entusiasmo a los mensajes sobre el “sentido común” y los “vientos de libertad” que, según los ponentes, vendrán de figuras internacionales como Donald Trump o Javier Milei. En este sentido, los dirigentes europeos afirmaron que su éxito dependerá de lograr canalizar el creciente descontento ciudadano hacia una transformación radical en las políticas de la Unión.
