Reino Unido, junto con 12 países de la Unión Europea, Canadá y Turquía, ha acordado en una cumbre celebrada en Londres aumentar la ayuda militar y económica a Ucrania, así como endurecer las sanciones a Rusia. El objetivo es fortalecer la posición de Kiev en futuras negociaciones con Moscú, según declaró el primer ministro británico, Keir Starmer.
El acuerdo, estructurado en cuatro fases, incluye medidas como el entrenamiento y modernización de las Fuerzas Armadas ucranianas, la creación de una «coalición de voluntarios» con presencia militar en Ucrania, y garantías de seguridad para defender al país en caso de una nueva invasión rusa. Starmer destacó que Reino Unido está dispuesto a enviar «botas en el terreno y aviones en los cielos» para apoyar a Ucrania.
Sin embargo, el plan depende en gran medida del respaldo de Estados Unidos, un aliado clave cuya postura actual genera incertidumbre. El Gobierno de Donald Trump ha mantenido una relación tensa con Ucrania y ha mostrado preferencia por negociar directamente con Rusia, lo que podría dificultar la aprobación del acuerdo europeo.
Además, el acuerdo de la cumbre en Londres implica concesiones importantes, como la omisión de la entrada de Ucrania en la OTAN y la restitución de los territorios perdidos desde 2014. También plantea desafíos prácticos, como el endurecimiento de las sanciones a Rusia en un contexto donde empresas europeas han encontrado formas de eludirlas.
Desafíos económicos
El primer ministro británico subrayó la importancia de aprender de errores pasados, como el acuerdo de Minsk de 2014, que consideró «débil» y fácilmente violado por Rusia. No obstante, la viabilidad del nuevo plan sigue en duda, especialmente sin el apoyo militar y nuclear de Estados Unidos, crucial para disuadir a Moscú de escalar el conflicto.
En paralelo, Ucrania y sus aliados enfrentan desafíos económicos, como la recesión en Alemania debido al corte del suministro de gas ruso, lo que complica aún más la cohesión europea. La próxima cumbre de la UE podría marcar un paso hacia una mayor inversión en defensa y cooperación con Kiev, pero el camino hacia una paz duradera sigue siendo incierto.