El ejército ruso ha comenzado a recuperar parte del territorio de la provincia de Kursk, previamente capturado por las fuerzas ucranianas en agosto. Según el Ministerio de Defensa ruso, la ofensiva ha permitido retomar una decena de localidades en la región, marcando un significativo contraataque en el extremo occidental de la brecha abierta por Kiev. Las fuerzas rusas, apoyadas por su aviación, cruzaron el río Seym y reconquistaron localidades como Apanasovka, Biajovo, Vishniovka, y Snágost.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha confirmado la contraofensiva rusa, aunque se mostró confiado en que «todo marcha según el plan ucraniano». Según varios medios anglosajones, el Reino Unido ha autorizado el uso de sus misiles Storm Shadow en territorio ruso, y Estados Unidos está cerca de hacer lo mismo, ante la entrega de misiles balísticos iraníes a Moscú.
El Institute for the Study of War (ISW) señala que el tamaño y las perspectivas de la contraofensiva rusa en Kursk aún no están claros. Sin embargo, se evidencia que Rusia ha desplegado unidades de combate de mayor tamaño y experiencia, incluyendo grupos tácticos de batallón (BTG) de la Infantería de Marina y de las Fuerzas Aerotransportadas, una práctica que no se había visto en los últimos dos años.
Posiciones de Ucrania
A pesar del avance ruso, Kiev ha logrado distraer importantes cantidades de tropas rusas de otros frentes, aunque aún enfrenta restricciones por el veto occidental al uso de misiles de largo alcance contra territorio ruso. Moscú sostiene que sus fuerzas han repelido varios contraataques ucranianos y asegura que la operación ha causado 20 bajas ucranianas entre muertos y heridos.
En respuesta, la aviación rusa ha intensificado los bombardeos tanto en el frente de Kursk como en la región ucraniana de Sumy. Las autoridades locales informan que la batalla ha provocado el desplazamiento de 133,000 habitantes y cientos de heridos. Mientras tanto, el Reino Unido y Estados Unidos debaten la posibilidad de levantar restricciones al uso de armamento de largo alcance por parte de Ucrania, lo que podría escalar aún más el conflicto en la región.