El canciller alemán Olaf Scholz ha perdido este lunes la cuestión de confianza en el Bundestag, lo que despeja el camino para la celebración de elecciones anticipadas el próximo 23 de febrero. La sesión parlamentaria, que comenzó a las 13:00, concluyó con una votación en la que 394 diputados negaron su respaldo al canciller, frente a los 207 que lo apoyaron y 116 abstenciones. La derrota parlamentaria era un desenlace esperado y, en realidad, el resultado que Scholz buscaba para avanzar hacia unos comicios, tras la ruptura de la coalición de gobierno en noviembre que dejó al Ejecutivo en minoría.
Desde 2021, el Gobierno de Scholz había estado conformado por el Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y el Partido Liberal Demócrata (FDP). Sin embargo, las tensiones acumuladas durante meses por diferencias en la gestión económica, agravadas por la recesión y la crisis industrial, provocaron que el canciller destituyera al ministro de Finanzas, Christian Lindner, líder del FDP. Este gesto selló la ruptura definitiva de la coalición tripartita y abrió un escenario de ingobernabilidad en el país.
Mirada puesta en las elecciones
Scholz inició la sesión defendiendo su decisión con un discurso que marcó el tono de la jornada: “Mi objetivo es adelantar las elecciones al Bundestag. No podemos seguir así”. Frente a un hemiciclo lleno y con constantes interrupciones tanto por los aplausos de su bancada como por las protestas de la oposición, el canciller justificó la necesidad de un nuevo mandato para recuperar el espíritu socialdemócrata.
Propuso flexibilizar las reglas de la deuda y promover inversiones masivas en infraestructuras, educación y sanidad, alejándose de la austeridad defendida por los liberales. Además, subrayó: “Conmigo como canciller, no enviaremos soldados a Ucrania”, posicionándose claramente en un contexto de guerra en Europa.
Friedrich Merz, líder de la oposición democristiana (CDU) y favorito para suceder a Scholz, fue contundente en su réplica: “Deja usted el país en una de las peores crisis desde la posguerra. La deuda que propone será una carga para las nuevas generaciones”. Merz sentenció que Scholz “no merece la confianza del Bundestag ni la del país”.
Democristianos y extrema derecha, contra Scholz
La votación del lunes puso en evidencia la singular mayoría que negó la confianza al canciller. En ella confluyeron partidos opuestos entre sí, desde los democristianos hasta la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD). Aunque la extrema derecha llegó a considerar apoyar a Scholz para frustrar su plan electoral, finalmente optó por la abstención en su mayoría, lo que despejó el camino para el adelanto electoral. Por su parte, Los Verdes, aún socios de gobierno, decidieron abstenerse estratégicamente, buscando marcar distancia del SPD de cara a la campaña.
La Constitución alemana, diseñada tras la experiencia de la República de Weimar, limita severamente las posibilidades de disolver el Bundestag, lo que obliga a recurrir a la cuestión de confianza como herramienta para adelantar elecciones. Este método ya fue empleado en el pasado por cancilleres como Willy Brandt (1972), Helmut Kohl (1982) y Gerhard Schröder (2005).
Con la maquinaria electoral ya en marcha, los partidos presentarán sus programas este martes. Se avecina una campaña breve y marcada por las difíciles condiciones del invierno, una estación poco habitual para elecciones federales en Alemania. Tras esta moción de confianza el desafío de Scholz será ahora evitar convertirse en otro canciller de mandato único, como Kurt-Georg Kiesinger entre 1966 y 1969.