El canciller alemán Olaf Scholz se posiciona como el defensor de la unidad nacional en un momento crítico para Alemania. En su intervención ante el Bundestag este miércoles, Scholz destacó su compromiso con la cohesión social, enfrentándose a una polarización política creciente y a la amenaza del avance de las fuerzas populistas. Sin embargo, su principal adversario en las elecciones anticipadas del próximo 23 de febrero, el democristiano Friedrich Merz, acusó a Scholz de ser precisamente quien está dividiendo al país.
Este choque dialéctico marca el inicio de una campaña electoral insólita en Alemania, acelerada tras la ruptura de la coalición de Gobierno que dejó a Scholz en minoría parlamentaria. La disolución de la alianza tripartita —formada por socialdemócratas, verdes y liberales— se precipitó cuando Scholz destituyó por sorpresa a tres ministros, incluyendo al ministro de Finanzas, Christian Lindner, del partido liberal. Este movimiento desencadenó una serie de tensiones que culminaron en el adelanto de las elecciones, un hecho inusual que no ocurría desde 2005.
Las encuestas sitúan a Friedrich Merz como favorito, aunque deberá buscar socios para formar un gobierno de coalición si quiere asegurar una mayoría en el Bundestag. Alternativa para Alemania (AfD), partido de extrema derecha, podría alcanzar su mayor éxito electoral hasta la fecha, algo que añade un elemento de incertidumbre al resultado final. Scholz, por su parte, enfrenta serios desafíos: los sondeos le otorgan apenas un 15% de apoyo, colocándolo detrás incluso de la extrema derecha, mientras su liderazgo es cuestionado por algunos miembros de su propio partido, que prefieren como candidato al ministro de Defensa, Boris Pistorius.
Política nacional y exterior, al mismo nivel
En su discurso, Scholz apeló a la unidad en estas elecciones, rechazando las dicotomías simplistas entre seguridad y bienestar económico que plantea la oposición conservadora. Defendió que el país no debe elegir entre la inversión en defensa, la ayuda a Ucrania o las pensiones, y sostuvo que estas divisiones solo alimentan el populismo y fortalecen a la extrema derecha. A pesar de su posición debilitada, el canciller hizo un llamamiento a la oposición democristiana para colaborar en la aprobación de varias leyes antes del final anticipado de la legislatura, tratando así de lograr algunos éxitos legislativos que refuercen su imagen de cara a las elecciones.
Merz en las encuestas
Friedrich Merz, crecido por su ventaja en las encuestas, rechazó la oferta de cooperación, acusando a Scholz de ser irrealista y de no estar en condiciones de impulsar nuevas medidas en la fase final de su mandato. A su vez, Merz subrayó su negativa a colaborar con la extrema derecha, a pesar de que esta última podría aumentar significativamente su representación en el Parlamento.
La situación actual en Alemania es excepcionalmente tensa. La economía está en posible recesión, y las previsiones de crecimiento son pesimistas. Scholz intenta presentarse como el líder capaz de guiar al país en un momento de inestabilidad interna y externa, mientras Merz busca consolidarse como el futuro canciller, libre de cualquier vínculo con la AfD. A medida que se acerca la fecha de las elecciones, la polarización en la sociedad alemana se intensifica, dejando el panorama político abierto y lleno de incertidumbres.