La madrugada del miércoles de Año Nuevo se convirtió en un escenario de horror en Nueva Orleans, donde una camioneta Ford F-150 eléctrica irrumpió a gran velocidad en una multitud de Bourbon Street, dejando al menos 10 muertos y 35 heridos. El atropello, ocurrido en el corazón del Barrio Francés durante las festividades anuales, fue rápidamente calificado por la alcaldesa LaToya Cantrell como un “ataque terrorista”, mientras el FBI investiga el incidente bajo esa misma hipótesis.
El superintendente de policía de Nueva Orleans, Anne Kirpatrick, afirmó que el autor del ataque actuó de forma deliberada, intentando causar la mayor cantidad de víctimas posible. La policía abatió al conductor tras un enfrentamiento en el que dos agentes resultaron heridos. En el lugar del suceso se encontraron presuntos explosivos caseros, aunque aún se investiga su viabilidad.
Mientras las investigaciones continúan, surgieron declaraciones contradictorias. Aunque el FBI confirmó que se trata de un caso de terrorismo, Alethea Duncan, una de sus agentes, generó incertidumbre al descartar inicialmente esta calificación. La Casa Blanca, por su parte, informó que el presidente Joe Biden ofreció asistencia federal y expresó solidaridad con las víctimas, condenando enérgicamente el ataque. Sin embargo, el expresidente Donald Trump aprovechó para vincular el suceso con la inmigración, a pesar de que no se ha revelado información sobre la identidad o motivación del atacante.
Testigos y escenas de caos
Testigos describieron momentos de pánico en la concurrida calle Bourbon, conocida por su vida nocturna y como uno de los mayores atractivos turísticos de Nueva Orleans. Kevin García, de 22 años, relató cómo vio cuerpos volando tras el impacto, mientras Whit Davis, también de 22 años, describió el caos dentro de un club nocturno cuando la policía los instó a evacuar rápidamente.
El el atropello a la multitud en Año Nuevo ocurrió alrededor de las 3:15 a.m., hora local, y dejó la calle llena de víctimas y escombros. Los servicios de emergencia trabajaron durante horas en la zona, mientras que las autoridades evacuaron edificios cercanos. La vivienda que se cree ocupaba el agresor sufrió un incendio poco después.
Este es el atropello masivo más mortífero en la historia reciente de Estados Unidos. En otros incidentes similares, como el de Waukesha en 2021 o Charlottesville en 2017, las víctimas fueron menos numerosas. La tragedia ocurre en un momento delicado para Nueva Orleans, que acoge esta semana eventos multitudinarios como el Sugar Bowl y se prepara para la Super Bowl en febrero.